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•d i ez•

La escena simplemente fue demasiado para JiMin. No pudo si quiera mirarse las manos, las lágrimas volvieron su vista borrosa solo unos segundos después de ver a TaeHyung completamente destrozado.

Ya ni siquiera estaba llorando, estaba recostado contra un árbol, sus rodillas estaban dobladas contra su pecho y miraba hacia el infinito. Sus ojos ya no poseían ese intenso brillo de alegría que siempre contenían. JiMin imaginó que ya había llorado lo suficiente como para quedar completamente seco.

—TaeHyung—JiMin soltó la mano de YoonGi, el pelinegro solo lo dejó irse. Sabía que debía ir con TaeHyung.

—No, no—JungHee se puso de este a JiMin parándolo hacia su camino donde TaeHyung.

—¿Que haces?

—No puedes ir—le dijo la chica, JiMin frunció el ceño—Está muy frágil.

—Aléjate—intentó apartar a la chica pero ella se mantuvo firme—Quítate JungHee, es más importante salvar a TaeHyung que lo que pienses que está pasando dentro de el.

JiMin apartó a la chica y siguió su camino hacia TaeHyung. Lo hizo mirando el piso donde TaeHyung estaba, hasta que otro cuerpo le detuvo.

—¿Ahora quien..?—JiMin miró hacia arriba enojado, su expresión cambio a una de sorpresa al ver una mejilla morada en el rostro de la persona—¿Que crees qué haces JungKook? ¿No te bastó con los moretones que ya tienes?

—No estamos aquí para hablar de nosotros JiMin—el más bajo desvío su vista al tobillo de JungKook, traía un brazalete de plástico con un rastreador—No puedes acercarte a TaeHyung.

—¿Tú igual? ¿Por que no te quietas de mí caminó violador de niñas?—aunque el comentario hiciera alusión a MinJee, JungKook se mantuvo firme contra JiMin.

—Te dije que no, lo que harás es empeorarlo—JiMin volvió a mirar a JungKook con molestia—Si no puedes pensar en nadie que no seas tú, no puedes sanar un corazón roto JiMin.

—¿Estas seguro de que no me estás confundiendo contigo?—aún así después de todas las advertencias, JiMin esquivó a JungKook y se acercó a TaeHyung.

Las manos del castaño estaban temblando, susurraba cosas inaudibles para JiMin y se notaba que se estaba comenzando a volver loco poco a poco.

—TaeHyung—JiMin se arrodilló frente a su amigo y puso una mano en su hombro.

—¡No me toques!—apartó la mano de JiMin de su hombro, con fobia de ser tocado por alguien que no fuera su madre—No eres mamá...

—Pero TaeHyung, tú madre ya no podrá...—el solo echo de que JiMin mencionara a su madre, le hizo comenzar a llorar y levantarse abruptamente para salir corriendo del funeral.

JiMin solo vio marcharse, no pudo hacer nada y se sentía idiota por no haber escuchado. Se comportó egoísta y eso lo había empeorado todo. Siempre lo hizo.

—Te dije que lo empeorarías—la voz irritante de JungKook retumbó en los tímpanos de JiMin.

—Cállate imbecil.

—Eres egoísta JiMin, solo piensas en ti—escupió JungKook, haciendo que JiMin apretara su puño y tensara la mandíbula.

—Que te calles..

—Sabes que lo eres, eres egoísta, egocéntrico y malvado JiMin. No puedes negar nada de lo que digo—JiMin no aguantó más, se levantó del suelo y acertó un puñetazo en la mejilla derecha de JungKook.

—¡Que te calles!—la sangre del más bajo hervía, JungKook era un imbecil. Sabía que lo era, pero igual, provocar a JiMin era divertido—¡Yo no fui el que daño a tanta gente por el puto egocentrismo de sentirme sexualmente superior sobre una niña! ¡Yo no mande a una niña al hospital! ¡Yo no maltrate a mi madre por algo meramente sexual! ¡Yo no herí a mis mejores amigos! ¡Yo solo hice lo que debía hacer y voy a hacer lo que crea necesario!

Claro que JiMin siempre hacia lo que creía necesario. Siempre hizo lo que su impulso decía. Impulsivo. Esa era su única descripción.

—¡Fuera de aquí JungKook y JiMin!—JungHee se paró en medio de ambos chicos—Los dos se van a ir en el mismo taxi a casa y ahí van a matarse. No quiero que esto siga, debemos mantener el respeto hacia la señora Kim montón de imbeciles.

JungHee nunca había estado tan molesta en su vida. Había sido un estupido, lo se. Pero aún así, aunque no lo aceptara JiMin era mi perdición.

—¡YoonGi, aquí!—el pelinegro se acercó—Quiero que mandes a tu novio y a este troglodita en un mismo taxi a casa ¿si? Te lo agradecería mucho.

—Claro—respondió YoonGi—Vamos—ayudó a JungKook a levantarse del piso y JiMin siguió a ambos con la cabeza baja.

—Compórtate, no quiero que ambos causen un accidente—le dijo YoonGi a JiMin antes de depositar un beso en su frente—JungKook.

Ambos se miraron cómplices, JungKook simplemente entendió que le costarían las bolas si algo le pasaba a JiMin.

El auto partió hacia la casa de JungKook primero. Ambos iban callados, cada uno a diferentes extremos del asiento de atrás.

—Eres demasiado impulsivo—soltó JungKook.

—Solo si me provoca tal idiota como tú.

—Te recuerdo que hace solo dos años estabas loco por este idiota—JiMin se ruborizó y rodó los ojos—Mirame JiMin.

JiMin hizo lo que JungKook le ordenó. Aunque le gustará YoonGi, el sentimiento hacia JungKook estaba ardiendo dentro de el aún.

—¿Que..-?

Los labios de JungKook cortaron las palabras de JiMin. Aunque fuera contra su voluntad, JiMin aceptó en beso. El conductor simplemente los ignoró.

Los labios de JungKook eran salvajes, posesivos y groseros. No eran como los de YoonGi suaves y cariñosos. JiMin vivió ansioso dos años de su vida por probar esos labios. Ahora que por fin lo hacía, sabía que estaba totalmente prohibido. Esto lo confundía aún más, más razones para hacer lo que hizo.

—JungKook—JiMin estaba aterrado, las manos le comenzaron a temblar, un nudo se formó en su estómago y le costaba hablar—No, no ¿que putas crees que estás haciendo?

—YoonGi ha tomado lo que es mío—JungKook acaricio la mano de JiMin—Dime que no quieres ser mío.

—Claro que..—JiMin no pudo terminar su frase, sabía que se arrepentiría—Cállate JungKook.

Volvieron a como estaban al principio. Pero esta vez JungKook tenía una sonrisa arrogante en sus labios. Vaya que había sido divertido mientras duró.

La vida era divertida. JiMin era lindo. Yo lo amaba. Pero simplemente el decidió seguir siendo egoísta e impulsivo.