Y ahora ¿Qué piensas? (YAQH 4)

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Allyson miró con atención la fiesta desde la esquina en la que se encontraba con su octava copa de champán en la mano y admiró el excelente trabajo que habían hecho los de la decoración con el jardín de los Henderson. Ella no era una romántica, pero si lo fuera, aquella boda sin duda le despertaría la nostalgia que obviamente no sentía.

Todo en aquel lugar era una trampa, porque desde la ceremonia hasta la celebración había un exceso de ternura en el aire que, avergonzada debía admitir, por poco hace que se le saltaran las lágrimas.

A su lado sensible le encantó la ceremonia, pero su lado frío había agradecido que terminara. Lo que no la hizo precisamente feliz fue el haber tenido que sentarse junto a Dave mientras Erin hacía comentarios tipo: "Qué linda estás hoy, Allyson" "Mira qué bonita está Allyson, Dave" "Mis niñas han crecido y se han convertido en mujercitas".

Y no era que ella no pudiera resistir estoica ese tipo de comentarios al mismo tiempo que ignoraba a Dave —trabajo que él le había puesto fácil al no dedicarle más de tres palabras en toda la noche—, pero ya se había tomado las copas suficientes para que sus fuerzas se deshicieran un poco.

De todos modos, agradecía que lo denso hubiera terminado, porque en la fiesta no debía preocuparse por mucho. Tenía entre las manos su octava copa de champán, pero por desgracia, en lugar de sentirse achispada lo que sentía era melancolía.

A donde quiera que mirara solo veía parejas, y claro que entendía que era una boda, pero además de los novios todos allí parecían estar enamorados. En la barra estaban Penny y Jason haciéndose arrumacos y Allyson se preguntó con una sonrisa cuándo su amiga soltaría el ramo que había atrapado aproximadamente media hora atrás; un poco más y habría que echarle agua caliente para arrancárselo de las manos.

Brett y Jess, ahora su esposa, habían pasado toda la noche bailando y diciéndose cosas al oído, incluso Erin y Phillip. ¡Si hasta el amigo gay de Jessica parecía estar ligando!

Un año atrás ella hubiera estado haciendo lo mismo, pero en ese momento, como la tía solterona en la que se estaba convirtiendo, le tocaba cuidar de la pequeña Bree junto a la abuela Em. La bebé al fin dormía en su carriola, mientras los padres de ésta le presumían al mundo que estaban muy enamorados.

Otro camarero pasó junto a ella y Allyson le dio un largo trago a su copa para tomar otra. Juraba por Dios que como volviera a escuchar I finally found someone iba a enloquecer.

—A tu salud, princesa —le dijo a la niña dormida junto a ella. Después de todo, de no ser por Bree, ninguno estaría allí bebiendo champán caro y usando ropa fina.

—¿No crees que es demasiado alcohol, querida? —cuestionó la abuela, mirándola inquisitivamente.

—¿Para qué son las bodas si no para embriagarse gratis? Prefiero aprovechar.

Por lo general a Allyson no le gustaba estar a solas con la abuela Em, era como si pudiera ver su alma y a ella no le gustaba sentir que su mente era de acceso público, pero fingió que no lo notaba mientras la anciana la estudiaba detenidamente. La abuela hizo un gesto a alguien a sus espaldas y cuando Allyson se giró para ver de quien se trataba, se encontró con Dave dirigiéndose hacia ellas.

¡Ay, por Dios, no!

—David, ¿Por qué no llevas a Allyson a bailar? Creo que es hora de que sude todo el alcohol que ha ingerido —dijo con un brillo malicioso en la mirada.

Dave la observó una milésima de segundo y luego se giró hacia su abuela.

—Ahora estoy ocupado, abuela, pero puede que lo haga en un rato.