¿Estás lista ahora para admitir que sigues enamorada de Dave?
Allyson rememoró la pregunta de su amiga mientras daba la onceava vuelta sobre su cama.
¡¿Lista?! ¡Claro que no!
No le había dado una respuesta a Penny, pero aún pasadas las horas seguía pensando que al menos se debía una respuesta a sí misma.
El problema era que no tenía idea de nada, o fingía no tenerla; y aunque por momentos podía jurar que no sentía nada por Dave, más allá de curiosidad y unas leves ganas de hacerlo rabiar; un parte de ella, en su interior, le gritaba que mentirse era patético.
Llevaba horas ignorando esa voz que le decía, con insolencia, que sus sentimientos por Dave permanecían iguales, que haber encerrado a la Allyson de dieciséis años, profundamente enamorada, en una cueva, no había cambiado nada y ahora que había pasado algo de tiempo con él, las cosas no volverían a ser iguales.
Tomó su almohada y la apretó contra su rostro antes de dejar escapar un grito que quedó atrapado entre las fibras. Ella no quería sentirse de esa forma entre asustada y frustrada, pero no podía evitarlo y eso solo lograba asustarla aún más.
Porque una cosa era tener dieciséis y estar enamorada de lo que David representaba, pero llegar a los veintidós manteniendo sentimientos no correspondidos por un hombre que, además de todo, seguía sufriendo por su ex muerta, era algo muy distinto.
No tenía una posibilidad real con Dave, nunca la había tenido y seguir adelante con las citas solo sería torturarse por gusto. ¡Si él solo le sonrió un par de veces, le tocó la cadera y eso fue suficiente para mantenerla soñando despierta por varios días! No quería ni imaginar lo que algunos días más junto a Dave le causarían a su psique.
Ella había cometido un error. De hecho, todas sus acciones con respecto a Dave fueron errores. El primero fue meterse en su habitación para decirle que lo amaba, el segundo, sin duda, fueron las citas. Su relación estaba destinada a ser cordialmente distante y ella había roto el destino, pero estaba a tiempo de remediarlo.
Así fue como tomó la decisión de no volver a ver a Dave.
El dieciocho de diciembre, exactamente una semana antes de navidad, Allyson y Owen acompañaron a sus padres hasta el aeropuerto. Dentro de poco ambos tomarían un vuelo que los llevaría a Burundi, y permanecerían allí hasta finales de enero.
Ella estaba acostumbrada a las despedidas, a los viajes de sus padres y a pasar la mayoría del tiempo sola, pero por primera vez en muchos años, sintió que los extrañaría.
Por fortuna, era una experta ocultando cómo se sentía, así que nadie en su familia notó que, por más que sonreía y bromeaba, lo único que le apetecía era meterse en su cama a ver Pretty Woman al menos tres veces, hasta que se le pasaran las ganas de decirle a su madre que la llevara con ella o, peor aún, llamar a Dave para la tercera cita.
Sí. Había tomado la decisión de no volver a verlo, pero la determinación le duró menos de veinticuatro horas. El resto del tiempo lo pasó repitiéndose las razones por las que alejarse de Dave era buena idea.
Miró a Owen sentado junto a ella en el auto y contuvo un suspiro. Su hermano lucía tan tranquilo que, por un momento, deseó tener la cabeza la mitad de hueca. Dos segundos después se reprendió por pensar esas cosas.
Estaba irritable, ella misma podía verlo a pesar de sus intentos por tapar el sol con un dedo. Tal vez necesitaba sexo; quedar con alguien, tomar un trago, lo que fuera que mantuviera a Dave fuera de su cabeza por, al menos, media hora. O tal vez solo necesitaba que Owen quitara esa desesperante música de rap de su auto antes de que la cabeza le explotara.
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Y ahora ¿Qué piensas? (YAQH 4)
ChickLitAllyson George es alocada y extrovertida, y lleva toda su vida obsesionada con el único hombre que no parece interesado en ella: el hermano mayor de su mejor amiga. Dave Henderson. Ocho años parecía mucho tiempo para pasarlos enamorada de alguien re...