Durante cuarenta interminables minutos su madre se dedicó a torturar a Dave. Era increíble cómo podía hablar todo el rato y hacer pregunta tras pregunta sin cansarse, hasta el punto de que Allyson necesitó lanzarle a su padre miradas de auxilio que éste captó con rapidez antes de llevar la conversación a temas menos incómodos al menos dos veces antes de que su madre volviera a hacer comentarios tipo "Es tan bonito que sean amigos".
Allyson sintió deseos de golpearse la frente, ocultarse bajo la mesa hasta el fin del mundo o pegarle a su madre con una cuchara en más de una ocasión, pero gracias a Dios logró contenerse.
Tras la cena fueron hasta el salón para tomar el café. Sus papeles aún continuaban tirados en una esquina sobre la alfombra, recordándole todo lo que tenía pendiente.
—Entonces, Dave ¿Como te va con el trabajo? —cuestionó su madre, sirviendo una segunda taza de café que él no se atrevió a rechazar—. La última vez que hablé con tu madre me contó que ya casi no te veía.
Allyson dejó caer la cabeza sobre sus manos sin molestarse en disimular. No se imaginaba cuál era la relevancia de aquella conversación, además de saciar la absurda curiosidad de su madre. Al menos Dave ya no se veía tan incómodo como una hora atrás, cuando parecía estar planeando cómo escapar sin ser visto.
Lo escuchó responder cada una de las inoportunas preguntas de su madre mientras lo observaba fijamente, sin disimular. Recordó lo que le había dicho al llegar: "supongo que te extrañé". Eran cuatro simples palabras que no deberían provocar mucho en ella, sin embargo, lo hacía, porque era Dave y era la única cosa medianamente bonita que alguna vez le había escuchado de él. Y aunque la voz en off de su cerebro seguía diciéndole que no debía pensar demasiado en eso, sabía que no podría dejar de hacerlo.
—Tal vez quieras venir para la fiesta de Allyson, dentro de tres semanas. Se gradúa y Edward y yo pensamos en celebrarlo con los amigos, por supuesto que estás invitado.
Esas palabras la hicieron volver a la realidad. ¿Qué tanto se había perdido en sus pensamientos para que al volver su madre estuviera haciendo de las suyas? ¿Su padre por qué fingía que nada pasaba mientras tomaba su café? Allyson se vio en la obligación de intervenir antes de que su madre terminara invitándolo también a las vacaciones familiares.
—No creo que Dave pueda, mamá, seguro estará ocupado...
—De hecho, no —la interrumpió, con una sonrisa ladeada—, tengo libre ese día.
—Ni siquiera sabes cuál es el día —lo acusó, achicando los ojos y mirando de su madre a Dave unas tres veces.
Tal vez no la hubiera estado escuchando con demasiada atención, pero estaba bastante segura de que su madre no había dicho la fecha.
—Es que tengo libre cualquier fecha que quiera y no me perdería la fiesta de graduación de mi amiga Allyson.
Allyson enarcó ambas cejas, mientras intentaba contener la tos que la atacaba de repente.
—¿Somos amigos? —cuestionó, sin importarle estar frente a sus padres
—¡Claro que sí! —replicó Dave.
Tal vez sus padres tuvieran pensamientos enfocados en otra cosa, pero ella podía ver la burla en la sonrisa de Dave, aun cuando éste se encontraba al otro lado del salón; era contagiosa, pero molesta al mismo tiempo y por un segundo Allyson sintió deseos de golpearlo con la diminuta taza con café que sostenía entre las manos.
En cambio, le sonrió de vuelta y prometió molestarlo una o dos veces en el futuro con su declaración de amistad.
—¡Qué bonitos! —exclamó su madre, sonriendoles— ¿Quieres más café, Dave?
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Y ahora ¿Qué piensas? (YAQH 4)
ChickLitAllyson George es alocada y extrovertida, y lleva toda su vida obsesionada con el único hombre que no parece interesado en ella: el hermano mayor de su mejor amiga. Dave Henderson. Ocho años parecía mucho tiempo para pasarlos enamorada de alguien re...