Punish

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Él seguía con esa expresión fría, no movía ni un solo músculo. Su mirada me intimidaba hasta el punto de no poder ver otro lugar que no fuera el suelo.

Cuando noté que se movió, levanté la vista. Se estaba aflojando la corbata, aún con esa expresión. Se quitó el saco y lo tiró con fuerza hacia un lado. Abrió los brazos y sonrió débilmente.

No hacían falta palabras para entender lo que quería. Tal vez y solo tal vez, él también me había extrañado.

Corrí hacía él a toda prisa, cuando nuestros cuerpos se encontraron, aprisioné su cintura con mis piernas. Él llevó sus manos hasta mis glúteos y me besó con fuerza.

Mis manos fueron a parar a su cabello, las suyas comenzaron a depojarme de la innecesaria ropa. Llevó una de sus manos a mi nuca, me atrajo más a él y cuando su mano estuvo enredada entre mis cabellos, halo de estos con fuerza hacia atrás.

— No creas que te vas a salvar de un buen castigo —la manera en la que me miraba me confirmaba que no iba a ser gentil.

Soltó mis glúteos, haciendo que yo perdiera el equilibrio y cayera de lleno al suelo. Me quejé por el horrible golpe que se llevaron mis costillas.

— No te levantes.— Comenzó a caminar a mi alrededor, mientras desabrochaba los botones de su camisa.

No se quitó ninguna otra cosa, dejó su camisa puesta pero desabrochada. Soltó su cinturón y también el botón de su pantalón, pero nada más.

Se puso de cuclillas y me miró directo a los ojos con esa mirada tan oscura. Con una de sus manos apretó mis mejillas con mucha fuerza.

— Después de hoy —se acercó a mi rostro— no caminarás bien por una semana.— Y antes de que pudiera sentir miedo, él ya estaba devorando mis labios desesperadamente.

Era brusco, pero de igual manera me gustaba. Llevé ambas manos hasta su pecho, para poder acariciar su piel desnuda, pero él las retiró apenas lo roce.

— Hoy no podrás tocarme —se estiró un poco y tomó en manos la corbarta que minutos atrás estaba colgada en su cuello.

Me tomó por las muñecas y de un hábil movimiento hato mis manos. Bueno... Esto sería un problema ¿cómo me abstendre de tocar ese perfecto cuerpo frente a mi?

— Que empiece la diversión —sonrió de lado e hizo que me diera la vuelta, dejándome de espaldas a él—. Esto... —tocó mi trasero de forma descarada— le hace falta color.— Una de sus manos se estampó con fuerza contra mi piel. Cerré los ojos con fuerza, como si eso fuera a aliviar el dolor.— Pon la manos frente a tu rostro, estiradas hacía delante.— No tuvo que decirlo dos veces.

Empujó mi pecho hacía el piso con una de sus manos. Mi mejilla derecha estaba completamente pegada al frío suelo al igual que mi pecho, mientras que mis brazos estaban completamente estirados sobre mi cabeza.

Él se deshizo de mi sostén para apretar mis pechos con mucha fuerza. Era la primera vez que me estaba provocando dolor. Era un castigo después de todo.

Volvió a azotar mi trasero sin compasión, haciendo que soltara un gruñido de dolor.

— Vamos nena, días atrás gemías por que hiciera esto ¿y ahora te duele? — Se estaba burlando de mí—. Tal vez te guste más fuerte.— Volvió a golpear mi trasero, esta vez más fuerte.

Sentía un horrible ardor, dolía demasiado. Mis ojos comenzaron a picar con el cuarto golpe. Cuando se detuvo, oí el zipper de su pantalón y sin previo aviso entró en mí de una fuerte embestida.

Call me Daddy ❣ Choi SiWon ❣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora