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Habían pasado tres días en los que Lauren se los había pasado entrenando y Camila... lo de Camila fue más complicado. Ella tuvo que solucionar el tema de la policía, limpiar toda la casa con ayuda de sus amigas y Carlos con el que se quedó esos días en su casa y finalmente intentar que sus padres no se diesen cuenta de nada. No quería problemas con su padre, sabía que él  tenía carácter y no quería dar explicaciones.

-Hola flaca. ¿Qué tal con tus amigas?- Alejandro Cabello, se había creído la mentira que le había contado su hija por teléfono. Se había creído que su dulce y única hija celebraría el cumpleaños en casa con sus amigas viendo pelis y comiendo pizzas.

-Bien papá.- Dijo nerviosa mientras su padre deshacía las maletas y su madre Sinu, atendía a una llamada.- Estoy algo cansada, iré a mi habitación.

-¡Camila espera!- Sinu la paró.

- Si mamá...

- Me llamaron diciendo que vendrían mañana a entregar el paquete ¿Tú pediste algo?

¿Paquete? No tenía ni idea de a qué se refería, podría ser incluso una broma...

-No. Yo no pedí nada. -Dijo algo nerviosa.

- Pues la mujer me dijo que era para ti, para la señorita Camila Cabello.

¿Quién sería? O peor aún ¿Quién la conocía? Ella no había pedido nada pero para evitar preocupar a sus padres decidió seguirles la corriente.

-Ah sisi ya recuerdo. Pedí una chaqueta por internet pero no pensé que me la trajesen tan pronto.

- Pues parece que si. De todas formas, estate pendiente de la puerta mañana porque ni yo ni tu padre vamos a estar que tenemos cosas que hacer. ¿De acuerdo?

- Si mami.- Camila se acercó a ambos y les dio un beso para luego ir a su habitación.

Después de esa pequeña conversación con sus padres se fue a la cama, no quería cenar, se pasó parte de la noche pensando en lo que había ocurrido en esa semana en que sus padres no habían estado en casa. Después de la fiesta, Albert había insistido en que ambos se tomasen unas copas más, Camila no era de mucho beber pero después del altercado con la "salvaje sin nombre" así la había apodado, necesitaba algo de alcohol en su cuerpo. El alcohol se le había subido demasiado rápido y por consiguiente, se había acostado con el estudiante de ingeniería. No había sido forzada pero tampoco estaba contenta de haberlo hecho. Después de esa larga noche, Camila le había invitado a quedarse en casa, estar los dos juntos pero no porque la morena tuviese algún tipo de interés en el chico sino porque no quería quedarse sola en una casa tan grande, tenía miedo. Tras esos días en los que estuvieron los dos solos, Camila no le había vuelto a hablar, no contestaba sus mensajes y mucho menos sus llamadas, no quería saber nada más de aquel chico.

En cambio sentía una gran curiosidad por la "Salvaje sin nombre" la misma que al escapar se dejó su chaqueta en la casa de Cabello. Ahora esa chaqueta estaba en su habitación, se levantó de la cama y se acercó a la silla de la que colgaba la negra cazadora de cuero y comenzó a preguntarse a si misma si la volvería a ver para devolvérsela o por qué aquella chica le había creado una necesidad de conocerla más si en la fiesta había muchísima más gente la cual no le creo ningún tipo de curiosidad ¿Por qué?

•••

- Lauren... te extrañaba. Sobretodo de esta forma.- Julia besó el pecho desnudo de Lauren y después se quedó un rato mirando esos preciosos  ojos verdes.

Después de escapar de aquella fiesta, Lauren tenía una sensación extraña, igual era el alcohol, igual no. Julia le había pedido si la acompañaba a casa, que no quería ir sola, es cierto que la chica vivía en un barrio poco seguro pero Julia no dejaba de usar una estrategia en la que sabía que Lauren no se podía resistir. Al llegar al piso, la invitó a subir y tomar una copa y luego... pues lo que siempre pasaba. Lauren no se podía negar a los encantos de aquellla morena de increíbles ojos claros y hasta el día de hoy, Lauren al acabar de entrenar se iba a casa de Julia a pasar la noche. 

Strangers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora