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Las chicas habían reservado en uno de los restaurantes más famosos de Miami, se sentaron en una zona mas apartada donde poder hablar tranquilamente y aunque Camila no tuviese dinero, decidieron invitarla. El ánimo de Camila estaba por los suelos, cuando Dinah llegó se la encontró callada, ausente pero no quiso preguntar, viendo como estaba Lauren, ya se podía imaginar.

- Chicas yo tengo algo que contaros...- Normani giró su cara de golpe, no sabían que podría decir ahora.

-Cuenta cuenta.- Decía Ally mientras se llevaba una cucharada de mousse de chocolate a la boca.

-He... He vuelto con Brian.

-Ah pero ¿Habíais cortado?

-Si. Habían cortado...- Normani después de escuchar eso volvió a prestar atención a su plato y comenzó a darle vueltas al postre con el tenedor.

- Pues eso es una muy buena noticia ¿No? ¡Vamos a celebrarlo! ¡Camarero traiga unas copas!!

Normani forzó una sonrisa y después de tomar las copas y pagar la cuenta, Dinah se acercó a Normani.

- ¿Qué te pasa? ¿Llevas toda la comida  de morros?

- Te va a volver a hacer daño.

- Él me quiere y yo... yo también. Me prometió cambiar, ser más comprensivo.

- Blablabla ¡Promesas! Luego no vuelvas llorando.

- Él es el indicado.- Esto último destrozó a Normani. No le gustaba ver a su amiga con alguien que no la quería lo suficiente, que no se merecía.

- Espero que no te equivoques.

- Chicaaaas ¿Venís o no?- Dijo Ally que estaba con su coche esperando junto a  Camila y las chicas no se dijeron nada más. Después de ahí, ni Dinah ni Normani se dirigieron ni una palabra más.

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Lauren's Pov

Mi vida era una mierda. Nunca iba a ser completamente feliz.  Ya estaba en el ring, a punto de pelear y puedo asegurar de que tenía toda la rabia del mundo acumulada. Seguramente la persona con la que me iba a pelear no tenía culpa alguna pero me iba a servir como vía de escape. El combate salió a la perfección, mil dólares y solo en la primera ronda, eso pintaba bien y por la cara que llevaba mi contrincante, no harían falta muchas rondas más. Mil dólares era una buena cantidad pero teniendo en cuenta la deuda pendiente que aún tenía con Halcón o ya conocido como Alejandro Cabello, mi parte se quedaría en unos cincuenta dólares. Sí, no estaba pasando por mi mejor etapa. Cuando di uno de mis famosos ganchos que todo en mundo pedía a gritos, el entrenador del bando contrario pidió tiempo y como yo no tenía nada que perder acepté. Una chica de mi edad, con piernas largas y larga melena rubia levantó uno de los carteles que indicaban descanso. No sé si eso lo hizo antes o después de guiñarme, lo que sé es que si la hubiese conocido unos meses antes puedo asegurar que le seguiría el rollo, la invitaría a algo después del combate y con suerte, acababa en su casa, encima de su cama y con ella abierta de piernas pero ahora las cosas eran muy distintas, solo buscaba a Matt con ansias porque le había pedido que fuese al coche a buscar su teléfono para llamar antes de que se acabase el descanso a Camila a través del teléfono de Ally. Solo esperaba que me atendiese la llamada o que por lo menos no me colgase.

-¿Si?

-Soy yo. Lauren. ¿Me podrías pasar un momento a Camila?

-Oh Lauren... si...em....

-Entiendo... deja ya llamaré más tarde.

-¡NO! Espera dame un segundo, ahora te la paso.

Seguramente Camila se negaba a coger el teléfono, básicamente lo intuyo por el tiempo que estuve esperando a que Camila se pusiese al otro lado. Después de un rato, decidió ponerse y ahí mis nervios afloraron porque no pensé que se acabaría poniendo y porque no tenía nada que decirle, solo la quería escuchar.

Strangers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora