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Lauren's POV

Llamamos a la puerta y nos abrió Sinu, su madre, aunque al poco se acercó Alejandro que se estaba colocando la chaqueta.

-¿Tú no tendrías que estar ya en el combate?

- Te traje a tu hija como prometí. Tiene fiebre debería llamar a un médico.

-¿Eso es cierto?- Preguntó Halcón mientras miraba su móvil sin prestar mucha atención. Sinu por otro lado, se quedaba callada.

-Aja... Me voy a la cama.- Camz me miró y se despidió con la cabeza de mi. Me daba muchísima pena en como subía las escaleras, parecía que le pesaban las piernas.

- ¿Llamará a un médico no?

- Yo ahora no tengo tiempo mi mujer y yo nos tenemos que ir a una cena de negocios y luego me pasaré a ver como fue el combate y las apuestas.

-¡¿¡La va a dejar sola?!?

-¿Es mayorcita no? Puede arreglárselas sola y tú ya has cumplido puedes irte al combate.

-Pero es que está muy mal necesita atención.- Me quedaba asustada de como sus padres pasaban de su hija, no me entraba en la cabeza que no hiciesen ni el mínimo esfuerzo para por lo menos llamar a un médico.

- ¿Cuánto ibas a ganar en este combate más o menos?- Esta última pregunta me descolocó por completo.

- No sé ¿Pero a qué viene eso ahora?

-Responde rápido, no tengo todo el día.

- Pues supongo que si ganase unos quinientos dólares. Hoy el que me toca no es que sea un hueso duro de roer de los que estoy acostumbrada.

- Perfecto te doy setecientos si te quedas con mi hija. Llama tú al médico o lo que mierdas necesite.- Abrí de golpe su boca pero rápidamente cambié mi postura ya que tenía que disimular y hacer como que no me importaba Camila, ya que para los ojos de Alejandro yo sólo le hacía un favor a él, yo conocía a su hija de dos veces que la había visto.

- ¿Me cubres tú? Sabes que si falto un día en estas mierdas me comen viva.

- Del único al que tendrías que tener miedo es a mi. Así que...

-De acuerdo.

-Sinu vete a por mi chequera y le entregas un cheque con la cantidad acordada. Yo mientras voy al coche.

Y eso hizo, me quedé en la entrada de aquella enorme casa hasta que la madre de Camila me entregó el cheque. Su cara parecía apagada, triste aunque no sabía muy bien sus motivos.

- Gracias.- Doblé el cheque en dos partes y lo guardé en mi bolso, porque sí aún seguía con la ropa del cumpleaños, tenía enormes ganas de cambiarme pero eso no sería hasta muy tarde.

- Gracias a ti. No quería que mi hija se quedase sola con fiebre. Me dejas más tranquila.- Me abrazó y se fue, no me dio tiempo a más y la verdad que no me lo esperaba pero lo agradecía, por lo menos veía algo de empatía en esa casa.

Lo primero que hice fue llamar a un médico y luego mientras este no venía fui a ver como estaba Camila. Al llegar a su habitación, la vi durmiendo, con el pijama puesto y un pie fuera de las sábanas. Me acerqué a ella muy despacito, sin apenas hacer ruido y la tapé por completo. Camila tenía el sueño muy profundo, lo sabía por experiencia y por ese motivo, me tumbé en la cama con ella dándome calor. Pasé una mano por su pelo y me relajada escuchar como respiraba. Me quedé pensando en toda la mierda que había sucedido en ese mes, en lo mal que me sentía por no tenerla de nuevo, en el tiempo que perdí buscando por mi cuenta quien había delatado a Camila. Era todo tan injusto. Que cuando por fin las cosas me iban algo bien, se me arruinase todo de aquella forma.

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