Strangers

[29]

-¡¡¡Alejandro no te alteres!!! ¡Por favor!

-¡¡¡Camila!!! ¡¡¡Camila dónde estás!!!

Los gritos se acercaban más y más y Camila se puso pálida, sabía que si no salía pronto de la casita, su padre la mataría por eso se vistieron a la velocidad de la luz. Pero no quería salir y que pillase a Lauren. Se iba a armar una buena.

-Calma mujer. Estoy muy acostumbrada a los gritos de tu padre. Por mi no te preocupes. Sal por la puerta y entreténlo.

-¡Dios!- Respiraba muy fuerte le iba a dar un ataque pero Lauren acarició sus brazos y la besó lentamente.- ¿Ahora qué vamos a hacer?

- Lo que te he dicho. Tú dile que querías cortar el césped o yo que sé y mientras yo salgo por esta ventanita trasera.- Es cierto, había una pequeña ventana pero Camila dudaba de que Lauren pudiese salir por ahí sin hacer ruido, teniendo en cuenta la cantidad de herramientas que había cerca.

- ¿Sabes que si te pilla te va a matar?

Lauren sonrió y le susurró al oído: Me da igual porque en breves le robaré su bien más preciado.

-¿El qué?

- A su hija.- Un último beso y Lauren ya estaba abriendo la ventanita mientras Camila salía con unos guantes y una poda.

- ¿Papá me llamabas?

-Sinu la miraba sin entender nada pero se alegraba de que no la pillasen. Mientras Alejandro se acercaba a su hija a paso acelerado.

-¿Qué mierdas haces?

- Pues iba a cortar el césped y aquel seto que está horrible. Ya que apenas me dejas hacer cosas y me aburría...

-¡Para eso tenemos a gente contratada! ¿Y qué no tienes cosas que hacer? Pues te recuerdo que te casas en breves y tienes la mitad de cosas sin hacer.

- Tienes razón papá... ¿Me acompañas a buscar una imprenta que haga las invitaciones?- Camila necesitaba sacar a su padre de ahí como fuese.

- Oh... ¿Yo? ¿No ibas con tus amigas?

- Necesito alguien con gusto y experiencia. Además ellas ya no son tan amigas mías son un poco simples.

- Me alegro que lo hayas visto ahora. Veo que ya estás madurando.

Lauren, que aún seguía pegada a la parte trasera de la casita, se tapaba la boca para no dejar escapar alguna carcajada ¿De verdad Alejandro se lo estaba creyendo? Se preguntaba Lauren mientras pensaba en lo acontecido minutos antes.

-¿Bueno entonces vienes o no?

-Emmm venga vamos.

Camila se enganchó al brazo de su padre y comenzaron a caminar hasta que Camila paró en seco.

-¡Oh se me olvidaba! Mamá ¿Puedes guardar el cortacesped que dejé en la parte trasera de la casita?

Sinu no era tan tonta como Alejandro y aceptó mientras sonreía disimuladamente. Cuando padre e hija se fueron, Sinu se acercó a la parte trasera de la casita y se encontró pegada a esta a Lauren.

- Veo que con mi hija bien...

-Mejor que nunca.

- Me alegro. Mucho.

- ¿Salgo por la puerta trasera?

-¿Tienes hambre? Alejandro y Mila tardarán. Quería hablar un poco contigo.

- Oh... eh...- Y ahí fue cuando Lauren se llenó de una marea de nervios. La señora Cabello le imponía.

-Jajaja no te asustes cariño. Sólo quiero saber un poco más de la chica que volvió loca a mi hija. ¿Sabes que Camila nunca fue agarrada del brazo de su padre? ¡Lo de hoy fue increíble!