¿Nunca te preguntaste por qué Gally se volvió tan frío y distante?
O, ¿no quieres saber la verdadera razón por la que Newt se tiró desde esa pared en el laberinto?
Si es así, ven y entra al laberinto, cuidado con los penitentes.
Descubre la historia...
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—¡¡Vamos chicas, ya casi lo conseguimos!! ¡¡Hay que correr!!
Me encuentro corriendo al frente del grupo con Sonya, Harriet está al final con Aris para asegurarse de que todos pasemos el laberinto.
Hemos tenido que matar a varios penitentes, pero parece que nadie está muerto.
Esperaba encontrar varias cosas detrás de la puerta de salida, cualquier cosa menos esto.
Tras poner la contraseña, lo único que ha aparecido es... Más laberinto, pero este se me hace familiar.
Las chicas y Aris saben que yo vine de otro laberinto y... Creo que este es el pasadizo por el que llegué.
—Seguidme... Creo que se dónde estamos.
Y tras eso corro aún más.
Todo sigue como la última vez.
Lo malo es que hemos tardado en llegar casi todo el día y por el cielo, no creo que tengamos más de media hora para llegar al Claro.
Hemos llegado muy lejos como para que ahora las puertas se cierren y nos coman los penitentes.
Sí, hemos estado muchas noches corriendo en el otro laberinto, pero no con todas juntas, y hay chicas con apenas doce años.
Sonya me habla.
—¿Estás segura que vamos bien Isa?
—Creo que sí, sino... Estamos todos muertos.
Después de seguir corriendo, el cielo se empieza a teñir de oscuro y con mis pocas fuerzas, sigo corriendo.
Y por fin la veo, la entrada del Claro.
Varios chicos nos miran a lo lejos y yo me paro en la entrada, tras indicar a Sonya que ella siguiese, para ayudar a las chicas.
Veo que las puertas se empiezan a cerrar y sólo quedamos Harriet, Aris y yo, pero Harriet parece herida y no puede caminar, así que corro los veinte metros de distancia que nos separan, agarro sus piernas y Aris sus brazos, corremos lo más rápido posible y cuando cruzamos la puerta, está se cierra detrás de nosotros.
Suelto en suspiro y hablo.
—Vaya... Eso estuvo muy cerca.
Todos los chicos y una chica nos miran atentamente hasta que un rubio muy conocido habla.
—¿Isa?
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