Isa || Gally ✅ || VERSIÓN ORIGINAL

Extra 3.

No era ningún misterio para todos que ambos llevaban casi un año intentando formar una familia, pero no lo conseguían y eso creó un ambiente triste entre ambos y alguna que otra pelea.

Por eso mismo, después de llevar unas semanas con náuseas, Isa fue informada de que finalmente estaba embarazada. Todos se alegrarían tanto, Minho y Sartén por fin cumplirían sus sueños de ser los tíos favoritos. Pero en ese momento en los únicos en los que pensaba eran Newt y Gally.

Su marido siempre fantaseaba de cómo serían sus hijos, en lo mucho que los querría.

Y ella más que nadie irradiaba felicidad.

(...)

Gally había regresado de trabajar y ella estaba sentada en el sofá de su pequeña casa ya que había terminado su trabajo en los jardines antes.

El hombre de veintiséis años saludó con un cariñoso beso a su esposa pero al verla sonreír con lágrimas en los ojos se extrañó.

—¿Todo bien Isa? ¿Ha ocurrido algo?

Gally se sentó a su lado y le pasó un brazo por los hombros.

—Ha ocurrido algo, pero es algo genial. Estamos bien.

—¿Estamos...? —Tardó en asimilar la información pero su cara se iluminó de golpe. — ¿Quieres decir...? ¿Vamos a...?

Las lágrimas de alegría nublaban la vista de ambos pero no importó en absoluto cuando la joven dijo un leve sí.

Gally la levantó de golpe junto a él y comenzó a reír y besarla.

—Vamos a ser padres, ¡VAMOS A TENER UN BEBÉ! Espera, mejor me aparto un poco, no quiero aplastar a nuestro bebé.

(...)

El abultado vientre podía verse a leguas y todavía no había alcanzado su punto más alto del embarazo, pero con siete meses sentía que tenía todo el peso del mundo en su vientre.

Y en parte era cierto ya que aunque todavía no tuviera a su bebé en brazos, le quería muchísimo.

Las noches a veces eran duras por las patadas, pero Gally siempre se ponía a la altura de su tripa y acariciaba y hablaba con el vientre para que su hijo o hija "no le hiciera daño a su mami".

(...)

Un terrible dolor comenzó a recorrer todo el cuerpo de la rubia y no pudo evitar soltar un gemido. Intentó pasar por alto el dolor pensando que era una patada del bebé, pero a los pocos minutos volvió el dolor y sintió sus piernas mojadas.

Comenzó a mover con fuerza a su marido que estaba dormido al lado, este al sentir movimiento se despertó inmediatamente pero su mujer no le dejo tiempo a decir nada.

—Gally, el bebé viene ya.

Fueron tres largas, duras y dolorosas horas llenas de gritos, sudor y lágrimas. Pero Isa y Gally al tener al pequeño bebé entre sus brazos vieron que todo había valido la pena.

—Es una chica.