¿Nunca te preguntaste por qué Gally se volvió tan frío y distante?
O, ¿no quieres saber la verdadera razón por la que Newt se tiró desde esa pared en el laberinto?
Si es así, ven y entra al laberinto, cuidado con los penitentes.
Descubre la historia...
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Cuando siento que el helicóptero toca el suelo me pongo alerta, como éramos todo el grupo de chicas con Aris y lo que quedaba del grupo de los chicos con Teresa, nos separaron en dos helicópteros.
Varios guardias nos llevan dentro de un edificio donde nos explican y aseguran que todo va a ir bien, pero... ¿Hay una enfermedad en el mundo que vuelve locas a las personas y quieren que pensemos que todo está bien?
Al parecer sí.
Nos separan a las chicas de los chicos y nos llevan a lo que creo que son duchas y... ¡¡AGUA CALIENTE!!
Es una sensación increíble, como estar debajo de una lluvia caliente. Aunque eso no quita el hecho de que veo como el agua se tiñe de rojo, sangre de mis heridas y de otros.
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Una vez que salgo agarro una toalla que se encuentra colgada delante de mi ducha al lado de un pequeño montón de ropa para vestirme.
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Una vez que me seco el pelo con la toalla, una mujer me coge la ropa y toalla sucia y la tira para después llevarme a hacerme unas pruebas médicas.
Me sacan sangre, cosa que detesto porque la aguja es enorme, y también me inyectan algo, que al preguntar solo contestan "es por tu bien".
También me hacen correr por una cinta durante un rato y cuando ya he terminado, un par de guardias me acompañan hasta lo que veo que es un comedor gigante.
Agarro la comida y me siento junto a mi hermano que al verme me da una sonrisa y pasa un brazo por mis hombros mientras que yo apoyo mi cabeza en un hombro suyo.
Oigo como hablan de lo raro que es este lugar y sus personas, pero después del numerito de Thomas por saber donde se llevan a Teresa nos mandan a unos cuartos, yo sin querer separarme de mis amigos y hermanos.
Lo extraño es que llevo horas sin ver a las chicas, no sé dónde estarán.
En el helicóptero Thomas me entregó mi diario y tras disculparse por leerlo lo guardé junto al pequeño saco que cuelga de el con varios lápices para tenerlo a salvo.
No pienso dejar atrás todas esas memorias y recuerdos plasmados en estas hojas, no después de la pérdida de Gally.
Y con ese pensamiento cerré los ojos para empezar lo que sería una de las muchísimas noches que tendría llena de pesadillas sobre el laberinto, los penitentes, Gally...
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