Capítulo 8.

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Todo en el sueño de Thomas parece estar oscuro, en silencio, pero eso en seguida deja de ser así.

Aunque nunca hubiera entrado, sabe perfectamente donde se encuentra.

Aquellas paredes de piedra enormes llenas de enredaderas y vegetación en gran cantidad.

Y esos pasillos, infinitos, capaces de confundir a cualquiera que no se sepa los recorridos.

Sin ninguna duda, Thomas sabe que se encuentra en el laberinto.

—Thomas, Thomas... — a través del laberinto oye su nombre— eres la solución de todo Thomas...

Por fin encuentra de donde proviene aquella voz que sin duda era aguda.

Y ve a una chica corriendo con un penitente a cinco metros de ella.

La joven va vestida como una corredora y lleva su pelo recogido en una trenza rubia.

Thomas intenta ayudarla pero cuando la toca, su mano atraviesa el brazo de la chica.

La chica, que gracias a los dibujos del cuaderno del bosque sabe que es Isa, se termina cayendo al lado de una pared con lágrimas en los ojos.

Pero lo que extraña a Thomas no es la tristeza que tiene, sino que no tiene miedo, es como si le diese igual ser devorada por aquel penitente.

Y antes de que la criatura la alcanzase, parte del suelo del alrededor de Isa desaparece haciendo que Thomas despierte de ese sueño con el último recuerdo de un grito femenino.

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Isa || Gally ✅ || VERSIÓN ORIGINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora