¿Nunca te preguntaste por qué Gally se volvió tan frío y distante?
O, ¿no quieres saber la verdadera razón por la que Newt se tiró desde esa pared en el laberinto?
Si es así, ven y entra al laberinto, cuidado con los penitentes.
Descubre la historia...
El trayecto en el camión de los enmascarados fue silencioso, demasiado para mi gusto.
Y me ponía muy incómoda cómo nos observaba uno de los hombres. Y eso que ni siquiera podíamos verle la cara.
El vehículo para y podemos oír los gritos de Jorge buscando a Brenda.
Nos sacan y en cuanto Newt me ve, se acerca abrazando mi cuerpo. Mi cabeza descansa contra su pecho y poco a poco noto como su respiración comienza a calmarse.
El hombre de nuestro camión intenta calmar la situación.
—¡Todos estamos en el mismo bando!
Pero eso no parece convencer a Thomas, ni a ninguno de nosotros.
—¿A qué te refieres conque estamos en el mismo bando?
Mi respiración comenzó a acelerarse cuando empezó a quitarse la máscara y al ver su cara... Todo se detuvo para mí.
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Mi voz se fue, no puedo articular ni decir una simple palabra. Mi cuerpo se congeló.
Thomas es el único en reaccionar.
—¿Gally?
Y lo siguiente que ocurre es que se lanza hacia él para pegarle.
Mi hermano lo intenta separar mientras que Thomas dice que por su culpa Chuck murió.
Yo sigo en mi sitio, lo único que sale de mi cuerpo son pequeñas lágrimas de mis ojos que trazan un pequeño recorrido por mis mejillas.
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Los consiguen separar y Gally pregunta si alguien más quiere pegarle. Mi nombre es el último que pronuncia y cuando le veo, nuestros ojos se conectan y de mi boca sale un sollozo ahogado que intento tapar poniendo mi mano izquierda sobre mi boca.
Avanzo hasta él y levanto mi mano abierta pero tras unos segundos, mi mano se cierra y lo miro a los ojos.
—Eres un idiota, ¿lo sabes? Pensé lo peor. Si esto es un escarmiento por lo mal que lo pasaste cuando me fui y luego regresé... -Lágrimas siguen cayendo de mis ojos como cataratas y otro sollozo me interrumpe. -Te he echado muchísimo de menos y me siento fatal por haberte fallado.
Bajo la atenta mirada de todos inclina hacia abajo su cabeza y con cuidado retira las lágrimas de mis mejillas.
Mantiene mi cara con sus manos y su mirada... Puedo asegurar que nunca me había mirado con tanta nostalgia y cariño como ahora.
—Si hubiera insistido más, si lo hubiera intentado más, es mi culpa, solamente mía...
Me aprieta contra su cuerpo y le abrazo el cuello. Cuando siento que abraza mi cintura y apoya su cabeza sobre mi hombro derecho, el llanto que intentaba guardar salió. Y durante varios minutos lo único que hice fue llorar mientras que él me sujetaba e intentaba no ponerse a llorar también.
—Te quiero florecilla, no sabes lo mucho que te quiero. Nada de lo ocurrido es culpa tuya. Te quiero.
Nuestras miradas volvieron a mirarse y acerco mi rostro al suyo mientras acaricio el suyo.
Nuestras narices se rozan y finalmente junto con delicadeza nuestros labios para después sonreír.
—Te quiero.
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No murió, sigue con vida. Y tengo miedo de que si lo suelto, volverá a desaparecer de mi vida.
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¡AQUÍ TENÉIS EL REENCUENTRO! ♥ No pensaba hacerlo súper romántico, pero me dejé llevar por la emoción y puedo aseguraros que he llorado mientras escribía y leía éste capítulo. Mis pequeños son tan hermosos juntos.
