Capítulo VII: Quizás sea una confusión

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Ya había transcurrido una semana de aquel beso que hubo entre Camilo y Alan, ninguno quería hablar sobre lo acontecido estaba claro que les gusto ya que no hubo resistencia. Camilo se ofreció a llevarlo al médico, dentro del auto solo reinaba un silencio sepulcral incomodo solo se veían de reojo sin pronunciar alguna palabra. La suavidad de sus labios no dejaban que la mente de Camilo estuviera tranquila por un momento, sin embargo Alan estaba confundido y con cierto nerviosismo en su ser.

La preocupación de Camilo era que su amistad haya sido afectada por eso, las palabras correctas no le salían pareciera que un nudo se las estuviera cortando.

—¿Tus padres adoptivos saben que eres gay?—habló Alan rompiendo el silencio.

—Son muy abuelos, bueno en realidad fueron los que me criaron, si lo saben y lo aceptaron con mucha tranquilidad—alego.

Observó hacia la nada para evadir su mirada, el castaño le explicaba que no tenía de malo ser homosexual que es un proceso de aceptación de uno mismo. Que lo importante era quererse, las palabras le retumbaban en su cabeza una parte de él temía ser objeto de burlas, pensaba en su familia todo era debido a que eran personas conservadoras no les gustaba ser el centro de las personas.

—No me siento preparado para contárselo a mi padre—musitó en voz baja.

—Tomate tu tiempo, supongo que tú sí lo sabías desde un principio—respondió Camilo con ambas manos al volante viendo fijo el camino.

Cambiaron el tema y Camilo le comunica a Alan que sí le encantaría conocer a sus abuelos, aquello le pareció buena idea no tenía porqué negarse a conocerlos. Finalmente llegaron al hospital, antes de estacionarse pidieron una silla de ruedas ya que era más fácil para él para no estar parado tanto tiempo, mientras tanto se adelantaba para estar dentro del consultorio esperando que el doctor le atendiera.

Fue solo cuestión de minutos y ya Camilo estaba al lado de Alan esperando que los llamaran, una joven enfermera llama por el apellido del chico y ambos se levantan para pasar adelante. Al entrar son recibidos por el doctor, su cara reflejaba cansancio pero cambiaba cuando algunos de sus pacientes le agradecen por su magnífico trabajo. Le comunica que se siente en la camilla, fue ayudado por el castaño para luego sentarse nuevamente en la otra silla del acompañante.

—¿Qué tal Alan? Supongo que tu rodilla está algo mejor—comunica el doctor observando su pierna.

—La verdad si, me han ayudado con mi recuperación, he sido muy cuidadoso—alega Alan viendo a Camilo.

El doctor buscaba sus implementos para retirar el yeso, mientras lo hacía el hombre le explicaba que solo sería unos minutos que al momento de terminar todo debía apoyarse al suelo lentamente. La pierna debía adaptarse poco a poco a su peso, él asintió por las instrucciones anteriores. Observaba cómo poco a poco iba rompiendo el yeso con un aparato especial, antes de hacerlo mojo un poco las vendas para que la piel no fuese lastimada.

—Hemos terminado, ahora colócate de pie poco a poco en el suelo, por favor—expresó el médico.

Su corazón estaba algo acelerado, apoyó lentamente su pie en el suelo dejando que la pierna estuviera completamente erguida.No sentía ningún dolor, eso quería decir que estaba recuperado completamente, una sonrisa jovial se formó en sus rosados labios. Camilo lo observaba y le dijo que todo el tiempo que estuvo ayudando dio sus frutos, se levantó y estrechó su mano con la de Alan causando que un pequeño rubor apareciera en sus mejillas.

—Antes de irnos, tengo una duda doctor, ¿alguna recomendación?—preguntó Alan.

—Sí, dime—responde el hombre viéndolo fijamente.

ALAN© [COMPLETA] (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora