Alan y Camilo se encontraban caminando por una calle famosa de Londres llamada Oxford, se podía ver la gran cantidad de negocios que había alrededor no encontraban por donde entrar por cada vez que avanzaban se iba haciendo más interesante y creativo. Finalmente entraron a una tienda de dulces, esta se encontraba muy surtida unos vendedores por cortesía le dieron bolsitas de plástico para que escogieran los que ambos quisieran sin duda el pelinegro fue directo a donde se encontraban las serpientes de gelatina sin duda las golosinas ácidas siempre serían su punto débil.
—Sabía que buscarías las serpientes, no te tomó mucho llenar la bolsa—agregó Camilo riendo.
—Es el único dulce que no puedo resistirme, además podemos llevarnos otros más.
Camilo estaba impresionado porque su novio llenó dos bolsas y caminaba rápido en busca de otras cosas, aquello le parecía muy gracioso al castaño mientras caminaba detrás de él su tren de regreso salía en dos horas por eso estaba un tanto desesperado en comprar todo lo que pudiera para poder degustar en el viaje, su viaje fue algo inesperado porque había sido una sorpresa que Alan no encontraba cómo reaccionar ya que Londres e Italia eran sus países favoritos. Por eso al momento de ver los boletos se quedó muy sorprendido, ese viaje lo disfrutaron al máximo se tomaron muchas fotos en lugares históricos incluyendo turísticos, y para buenas noticias justo cuando estaba en el avión recibió un mensaje del hospital donde hizo sus pasantías este expresaba que decidieron contratarlo como psicólogo, estaba feliz porque su mayor sueño finalmente se hizo realidad.
A Camilo le pareció gracioso tomarle una foto al pelinegro para tener de recuerdo como actuaba cuando tenía dulces a su alrededor, la luz blanca de la cámara provoca que se sorprenda viendo al castaño para luego formar una sonrisa cálida en sus labios no podía molestarse con él.
Al transcurrir una hora se dieron cuenta que ya debían irse en dos semanas lograron recorrer lo suficiente, estaban satisfechos por todo lo que hicieron en cada lugar en el que estuvieron disfrutando de sus vacaciones, aunque extrañaban a su gata Atenea pero no pudieron llevarla debido al viaje por eso decidieron dejarla en casa del padre de Alan.
Caminaban tomados de la mano llamando la atención de ciertas personas, la mayoría los veía con ternura y otros con alguna muestra de desagrado pero no le decían nada era triste que las personas siguieran viendo mal a dos hombres juntos siendo felices sin molestar a nadie, la sociedad siempre verá mal la homosexualidad dando como excusa que no son cosas de dios o la más famosa "ellos no son normales", es triste saber que los seres humanos no sepan evolucionar el patrón cambió desde hace tiempo y por eso ver la homosexualidad como algo anormal esta mal desde la historia siempre ha estado presente solo que la mayoría de la población nunca le ha gustado ir más de un tema tan importante.
Ya se encontraban en el tren solo esperaban que de un momento a otro avanzara, Alan descansaba en el hombro de Camilo le agradeció por tan hermoso viaje, esos recuerdos jamás serían borrados de su mente porque estuvo con el hombre que amó y amará por siempre aquellas palabras lo dejaron completamente sorprendido Alan se estaba desnudando su alma ante él, acarició su rostro diciéndole lo importante que era para él tenerlo a su lado y que formaría parte de su futuro que su amor sería duradero hasta que fueran unos viejos arrugados.
—"El amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos"—agregó dándole un beso en los labios.
El tren avanzó sorprendiéndolos un momento sacó su celular de su bolso para aprovechar y decirle a su padre que ya iban camino a la ciudad que pronto estarían juntos y contarle todo lo que visitó, apagó su celular para guardarlo nuevamente en su lugar. Alan se quedó en silencio pensando todo lo que había su vida, logró vencer la depresión yendo a terapia gracias a su novio que a pesar de las adversidades con las que luchó el amor siempre termino ganando, veía por la ventana el cielo gris fue inevitable pensar en su madre como le encantaría contarle toda su travesía por Europa, por eso ver el cielo era como una forma de hablar con ella recordar cada bello momento en el que ella cuidó de él, momentos en el que reían hasta llorar de risa lo agradeció por haber tenido una madre maravillosa que no había duda que ella estaría feliz por todo lo que su hijo vivió y por supuesto lo que vendría.
Camilo estaba igual que su novio recordando aquellos momentos maravillosos que sus abuelos le hicieron vivir, aunque su fallecimiento fue hace un año para él seguía siendo como ayer por eso decía así mismo que a ellos no les gustaba verlo triste que por eso se quedó con los recuerdos maravillosos que le hicieron vivir cuando era un niño. Siempre fue un muchacho agradecido con todo lo que sus abuelos lograron darle, pero lo más importante era el amor de padres que necesitaba por el fallecimiento de sus verdaderos lamentablemente Camilo no tenía recuerdos de sus padres solo alguno que otro pero eran vagos recuerdos que desaparecieron con el tiempo solo tenía la imagen del cabello de su madre, eran un castaño muy claro no tanto como el suyo pero eso hacía destacar mucho en ella por eso veía sus fotos para nunca olvidar su cara.
Finalmente calmaron sus mentes para enfocarse en el presente y ese era su amor, se acercaron para juntar sus cabezas como señal de regocijo y ternura esperando que su destino llegará en tan solo unas horas de viaje.
ESTÁS LEYENDO
ALAN© [COMPLETA] (Libro 1)
RomanceAlan un chico que es invadido por la depresión tras la muerte de su madre, decide emprender su camino solo alejado de su padre debido a ciertos conflictos personales, en un día nublado conoce a Camilo quien se encargara de cambiar su realidad dándol...