ALAN© [COMPLETA] (Libro 1)

Capítulo XXXI: Dr. Alan Valenzuela

El día tan esperado de Alan finalmente había llegado estaba un poco nervioso por lo que le iban a preguntar, aunque tenía la seguridad de que respondería de la manera correcta, eran tres jurados que estaban evaluando en ese momento uno de ellos fue su primer profesor el cual le enseñó lo que sabía en la actualidad siempre lo vio como un modelo a seguir. Lo llaman para levantarse enseguida y caminar a donde se encontraban ellos. Respiro hondo y comenzó hablar con total naturalidad sin mostrar los nervios que sentía, tras varios minutos de explicación sobre el tema que estaba hablando uno de los profesores le interrumpe, muchos de los estudiantes sabían que él era fuerte y no le importaba interrumpir la defensa de cualquier estudiante, sus otros dos compañeros lo observaron con desagrado por interrumpir al pelinegro, no le dio importancia y le hizo la pregunta su objetivo era confundirlo para que respondiera mal.

—Lamento interrumpir, pero quiero saber si me tendras una respuesta porque supongo que lo viste en todo lo que fue de carrera, ¿Qué es el condicionamiento clásico e instrumental? Tienes 3 segundos para responder—alegó viendo su reloj.

—No tiene nada que ver con lo que estoy hablando, pero le daré la respuesta de ambas para calmar su ansiedad por saber profesor. El condicionamiento clásico es un aprendizaje asociativo, que se llama estímulo-respuesta y el instrumental tiene que ver con el conductismo tiene que ver con el aprendizaje por refuerzo.

—Eres la única persona que me ha respondido bien, puedes proseguir.

Retomo en donde fue interrumpido por el hombre los tres lo escuchaban con detenimiento, hasta que dio por terminado su defensa finalmente, entre ellos discutían si debía tener una puntuación perfecta y que si tesis debía ser publicada en la página de la universidad para ayudar a otros que tengan dudas y sean respondidas, uno de los profesores se levantó para hablarle lo siguiente:—Por decisión unánime, te felicitamos por tomar un tema tan complejo y extenso, tú trabajo de grado fue aprobado. Felicidades doctor Valenzuela.

Aquellas palabras lo llenaron de mucho orgullo porque todo el esfuerzo que tomó para estudiar lo que amaba, toda la dedicación que tuvo por cada asignatura que vio por cada semestre todas le dejaron una gran enseñanza, caminó hasta la mesa donde estaba su jurado y le dio la mano para agradecerles por todo lo que le enseñaron, sin duda aprendió de los mejores. Se despide de los tres para salir del salón y darles la sorpresa a los demás que lo estaban esperando, no podía sacarse a su madre de la mente porque ella estaría orgullosa de lo que logró con todo su esfuerzo.

Mientras iba caminando por el pasillo logro escuchar a su padre y al resto hablar de que llevaba mucho tiempo dentro, Alexander se dio cuenta que llegó y le confirmó que su trabajo fue aprobado y que ya era psicólogo todos hicieron un alarido por su logro, su primo Rodrigo que aún estaba un poco convaleciente le dio un fuerte abrazo. Camilo no estaba y aquello le extrañaba porque le prometió que sería el primero en llegar, una mano tocó la suya al estremecerse sabía que era él con un gran ramo de rosas blancas y rojas. Lo abrazó porque sabía que esas eran sus rosas favoritas y más de esos colores que escogió, el castaño lo felicitó por haber cumplido su objetivo dentro de las flores estaba una tarjeta pequeña en esta estaba escrito algo la sacó y comenzó a leerla:—Dos gárgolas se encontraban frente a tu puerta, ambas me explicaban que debía esperar, pero yo no podía seguir esperando para verte, así que corrí como loco a las puertas del cielo. Rosas, llévenme allí, he esperado para verte las palmeras estaban rodeadas por una hermosa luz, cariño te estoy esperando para saludarte. Tienes el don para el amor más hermoso, mi dulce niño mío, eres un ser divino ¿Nadie te dijo que brillar estaba bien? No tengas miedo, no te avergüences, estoy recorriendo el suave camino de la resurrección, eres mi ídolo de las rosas , tu alma es pura. Guíame con tu hermosa y brillante dirección, ven a mi cariño.

Aquellas hermosas palabras le llegaron al alma cada palabra escrita fue algo maravilloso, que llegó a remover muchas emociones en Alan abrazo a Camilo con mucha fuerza y decirle que nunca se separan porque su amor era puro y que con el paso del tiempo crecía para fortalecerse cada vez más, en la casa de su padre habría una reunión para celebrar el gran logro de su hijo. Ese momento de felicidad era único porque estaban todos sus seres queridos, se sentía apoyado y más por su padre que a pesar de las pasadas diferencias siempre estuvo pendiente de su bienestar.

—Estoy orgulloso de ti, me has demostrado que serás un doctor excepcional hijo—comunicó abrazándolo.

—Gracias papá—respondió. 

Todos se encontraban en la mesa esperando a que la comida fuese servida, antes de iniciar con el banquete Alexander empieza hablando sobre la infancia de su hijo causando cierta incomodidad en él, finalmente terminó y propuso un brindis por Alan todos le hicieron caso e iniciaron a comer. La reunión tuvo una hora de duración, mientras todos hablaban busco la oportunidad de buscar a su mejor amiga ya que se le veía muy acaramelada con Lancelot, aunque solo le quedaba una semana para irse a Francia algo lo hizo cambiar de opinión y él sabía quién lo hizo.

—Así que Lancelot será tu conquista de otoño—le habló bajo mientras se la llevaba a sala.

—Más que una conquista, ayer ese hombre me beso, creí que me iba a morir—respondió la castaña.

—No me digas, que tú y él.

—Si fuera por mi que me hiciera el Kama Sutra completo, pero me controle, tampoco soy tan mustia cariño.

Los dos rieron por lo que dijo ella hablaron un poco de cómo le iban en los ensayos, en ese momento ella le comenta que ve un poco triste a su primo Rodrigo como un poco decaído y era cierto, desde la última vez que estuvo en peligro de muerte su estado de ánimo bajo mucho desde la última vez que vio a Gabriel le contaba el pelinegro y que las cosas en la casa no estaban yendo de todo bien.

—Supongo que él pasará un tiempo en la cárcel—alegó Clarisa.

—Solo le dieron un año, el juez sólo consideró prudente cuando estuvo acosándome, pero las del secuestro no le tomaron validez, el testimonio de Rodrigo cambió todo.

—¿Será síndrome de Estocolmo?—preguntó la castaña.

—Para nada, ellos ya estaban saliendo y bueno se enamoraron, me estuvo contando que mi tío le dio alegría que lo hubiesen apuñalado. Sin duda a él le hace falta mucho para evolucionar como persona.

—Bastante, porque un padre jamás se alegra de las desgracias de los hijos.

Dejaron de un lado aquel tema tan desagradable y Clarisa comenzó a tomar fotos con su celular, todos aprovecharon y salieron en ella para que quedara de recuerdo, Alan se sentía muy agradecido por todo lo que hicieron y también por la organización del almuerzo en casa, la mayoría se comenzaba a retirar porque ya estaba anocheciendo y no querían incomodar a los novios, era evidente que ellos dos pasarían la noche en casa de Alexander por eso fue la repentina retirada de algunos.

Alexander los vio que conversaban en el pasillo sentados, sin decir nada subió sin despedirse sólo se limitó a sonreír porque ya su hijo era un adulto y que había alguien más en su vida que formaría parte un buen tiempo, escucharon que la puerta del cuarto del padre de Alan fue cerrada. Camilo se levantó del sillón y tomó por las piernas a su novio causando un poco de impresión de su parte, subían por las escaleras riendo y hablando que se sentía como si estuviera en una luna de miel por la manera que lo llevaba cargado.

—Te adoro—le comunica Camilo.

—Yo más—respondió dándole un beso.