Cita. Parte 3

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Llego el día, era aún muy temprano para despertar, o debía serlo, cada uno tuvo su alarma personalizada. Doffy despertó por una insistente llamada, Trébol le invitaba a salir ese sábado con sus hijos a un parque de diversiones, una difícil decisión, pero declinó al decir que ya tenía un compromiso, aquello fue sorpresivo y un gran error, el secreto que tanto quería guardar, ese gran amigo suyo de lengua fácil, le diría a todos sus amigos y conocidos que había hecho planes, por si fuera poco, no lo cambiaría ni por su familia.

En cambio, Crocodile, recibió una forma no muy amigable de ser despertado, un susto, un frío piso y un dolor en la frente le despertó avisándole que la mañana había llegado, se levantó del suelo soltando pestes a un invisible, pero al momento de quedar recto, regresó a una posición donde su espalda se arqueaba y pareciera necesitar un bastón, volvía a maldecir al aire y al sueño que le despertó.
•••

Para el rubio fue una noche incompleta, estaba somnoliento, pero de volverse a dormir, tendría un enorme retraso en su compromiso, 6:48am, miro la hora en su celular, bostezo largo y se levantó al instante, se conocía bien, no quería llegar tarde. Con lo que tenía puesto, limpio un poco su casa, su hermano no estaría y no quería dejar sucio su hogar. Se llevó un rato en ello, lo suficiente para aún tener tiempo de cambiarse de ropa, era un tanto vanidoso en el qué ponerse y el cómo combinar. Lo más tardado que podía hacer era seleccionar su ropa. Tras ello, con sus propias manos arreglo su cabello y con sus gafas favoritas en su rostro, salió hacia el lugar, llegaría con tiempo de sobra.

El caer al suelo de cara, justo después de estar en una sola posición por horas más los recuerdos de sus sueños, fue crítico, el dolor en su espalda y el golpe en su frente habían sido más que suficientes para arruinar su mañana y ahora tenía en que pensar, llegar de la sala a su cuarto fue un reto ya que el dolor tardó varios minutos en pasar, se recostó en su propia cama, sabía que tenía tiempo para ello, pero... descuido el hecho que podría volverse a dormir, y así fue. Para cuando volvió a abrir los ojos, ya no había dolor, pero si una gran escena de pánico, faltaban 15 minutos para su cita, y seguía en casa con una pijama. Corrió, tomo lo primero que encontró, pero claro fue que tomo los segundos necesarios para asegurarse de que se veía bien, apenas arreglo su cabello y salió corriendo, tomo las llaves de su auto y su teléfono, olvidando por completo la cartera.

Doflamingo ya había llegado, había elegido la mejor mesa privada, pero con la mejor vista al exterior, la cafetería constaba de dos pisos, era rústica y estaba adornada con un poco de naturaleza. Había esperado a que llegara aquel pelinegro antes de ordenar algo, miro por la ventana, se veía quien salía y quién entraba, pasaban de las mueve de la mañana, su hora acordaba y Crocodile no llegaba. Espero, aunque en sus mensajes aclaró una cosa, no siempre habría éxito en cumplir tales actos, bien lo sabía. Varios minutos después en la espera, se levanto al sanitario, le dejo dicho a un mesero que si llegaba un hombre con una cicatriz en el rostro le llevará a la mesa donde el estaba.

Pero al mismo tiempo que entraba, llegaba su cita, corriendo, agitado y con el cabello semi desordenado, miro en toda dirección sin ver satisfactoriamente al rubio, tomó su teléfono y marcó aquel número distinguido entre varios, pero este no respondía, pensó lo peor, se acercó al primero que vio como trabajador y, apuntó de preguntarle, este riéndose le dijo que le guiaría a una mesa, confundido le siguió hasta el segundo piso, estaba casi vacío, la mayoría estaba abajo, pero ¿dónde estaba el motivo de su agitada llegada? No por nadie que no fuera ese rubio correría desde el estacionamiento hasta la cafetería. Creyó que ya se había ido, por un momento se desanimó pensando en que perdió una buena oportunidad.

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