Peligro. Parte 1

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Varios días habían pasado, no importaba que día fuera o a que hora m, el mensaje que escuchaba cuando trataba de marcar era el mismo, pero eso no podía ser posible, ya que sabía perfectamente bien que ese número era el nuevo y con el que habían iniciado su comunicación. Pese a ello... el mensaje de la contestadora era el mismo.

•••

— ¿No han encontrado nada? — preguntó el pelinegro al borde de una crisis existencial, tres días ya habían pasado y no sabía absolutamente de Doflamingo, al buscar sus registros no encontraban nada y ahora que la entrada a la biblioteca estaba prohibida, complicaba más las cosas. Cuando iba a la casa de Doffy, Nami se negaba a decirle lo que pasaba y Robin solo decía "No debes saber"... nada ayudaba, quería verlo, escuchar su voz y sentirlo... sin embargo, nada de lo que hiciera, ningún sitio en que buscara o a nadie a quien le preguntara sabía siquiera de un hombre así ... claramente Doffy tenía una gran influencia en muchas personas y claro fue que ordenar que nadie dijera una sola palabra era cosa sencilla. La desesperación que sentía era ya más una maldicion para él, no comía, no dormía, su trabajo lo terminaba tan rápido como era posible, Newgate seguía solicitándole apoyo "militar" y negarse se volvía cada vez más difícil, pues una orden del presidente acabaría con su actual poder y sin él jamás podría encontrar al rubio. Ya no sabía que hacer, los días se hacían largas semanas y su salud decayó en una preocupante manera.

Mientras...

— ¿Estás seguro de esto, Waka? — aquella peliverde que siempre estaba su lado en las reuniones nocturnas de la familia, se hallaba más que preocupada por su joven maestro, este no comía ni tampoco dormía, solo miraba por la ventana de aquel edificio que debería estar abandonado, pero era todo lo contrario, pues como otros edificios, aquel había sido modificado únicamente por dentro pareciendo una verdadera oficina ejecutiva — Tal vez solo debería decirle que ust- *— ¡MONET¡ — por primera vez en muchos años... Doflamingo había alzado la voz, ya teniéndola algo grave, que la alzara y le incluyera un sentimiento de frustración, logro algo más que asustar a la pobre mujer — Lo-Lo siento mucho, Waka, lo haré enseguida — apenada y más que nada aterrada, salió casi corriendo de aquella oficina para ir a cumplir su orden, la cual... dejaba aún con preocupación a Monet. Doffy no estaba en sus cabales, daba órdenes precisas, resolvía problemas y sobre todo, llevaba la línea de frente contra el hombre que arruinó su vida sin ninguna falla ni error, era un hombre serio que había perdido el único motivo de su sonrisa.

Los rumores sobre el rubio bajo el nombre Joker se expandieron como virus, de un casa a otra, de una zona a otra, incluso a oídos del enemigo, quien perdía la cordura al saber que "su hermoso niño" seguía con vida, y posiblemente sería un hombre atractivo que podría estar con él sin preocuparse por la reputación o el dañado que podría hacerle a su cuerpo. Emocionado de ello aumentaba más las horas de búsqueda, defendiendo lo que según él, por derecho, le pertenecía... así como el amor de Doffy. Más días pasaron y los ataques silenciosos seguían entre ellos dos y sus respectivos bandos, Croco estaba quizá al borde de un colapso mental, pues éste pensaba más en que algo le pasó a Doflamingo antes de creer que le había abandonado, eso jamás sería un hecho y jamás lo creería... jamás aceptaría que el rubio simplemente se fue porque si, quería ciegamente creer que había una razón única para ello. Sin embargo, no podía evitar el descuidar su salud, en muchas ocasiones desmayó por falta de nutrientes o descanso, otras por problemas nacientes de sus descuidos... se vio obligado a comer y a descansar por sus dos mejores amigos quienes ya no podían verlo así, le vigilaban todo el día y si era necesario, dormían en la misma habitación y comían en la misma mesa que él... era la primera vez que lo veían así de vulnerable y por ambos redoblaron la búsqueda de Doffy.

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