Secretos desconocidos.

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Había vivido un tipo de ilusión durante su infancia, creía que sus padres resultarían ser las personas más inocentes de todo el mundo, siempre altruistas y siempre velando por el buen ajeno antes del suyo, esa es la idea que el mundo que los recordaba tenía sobre ellos... no obstante, Doflamingo no podía negar que lo que veía en ese momento era real y tangible. Suspiro tratando de analizar las cosas, procesarlas y aunque no pudiera aceptarlas por el momento, se tomaría su tiempo. Al no ser un buen momento, decidió volver, cerró nuevamente las puertas, subió lentamente las escaleras y nuevamente puso seguro en ella. Al ser una cerradura de pernos la única llave capaz de abrir la puerta la tenía en sus manos y de ser forzada la herradura, jamás volverían a abrir esa puerta... aunque en ese estado mental pensaba que sería lo mejor. La estructura de la mansión le impedía modificarla aún teniendo más que dinero suficiente para ello... así que mientras nadie encontrara ese espacio faltante como algo "sospechoso", podría pensar bien las cosas por un tiempo.

En su camino silencioso noto los pasos de alguien siguiéndole, apenas lo notaba, ¿Le habrá seguido hasta esa puerta? ¿Vio dentro? ¿Cuanto tiempo había estado detrás de él? Miles de preguntas empezaron a formarse, en tanto su desconfianza igual crecía... los únicos ahí eran su familia... no quería desconfiar de ellos, pero nadie debía ver lo que en esa habitación había y mucho menos saber que existía. Evitó volver al gran salón, subió las escaleras a la segunda planta y fue hasta lo que ahora era su habitación. Dejó la puerta abierta y dejó caer una taza que al contacto con el suelo se rompió, ante tal evento... una sola persona apareció asustada de lo que podría haber, corrió donde el hombre a revisar que éste no estuviera herido. Sin embargo, eso le dijo a Doffy que el testigo ocular que seguramente había visto lo mismo que él, estaba frente suyo. Su expresión denotó su preocupación, su angustia y su dolor, acto que tuvo una gran reacción en aquel individuo.

— ¡No dire nada! — alterado habló — Juro que no le dire a nadie y no preguntaré nada ... — se le veía al borde de un colapso emocional, el rubio no podía ser tan despiadado después de todo lo sucedido, por ende solo negó; necesitaba pensar, necesitaba estar a solas, pero no podía quitarle la vista de encima a ese testigo pues había generado desconfianza — ¿Por qué me seguiste? — pasó a caminar hasta la cama donde se sentó soltando un suspiro cansado, alzó su mirada para toparse con la contraria y esperar la respuesta — Me preocupaba que algo fuera a pasar... últimamente cada que te quedas solo sucede algo de lo que no podemos protegerte ... — Doffy no podía negarlo, pareciera estar en una racha donde algo malo siempre surgía no dejándole paz mental, pero tenía más peso lo que acababa de suceder... — Regresa con los demás; considerare que jamás me seguiste ... no obstante, no olvides que ahora ese chico será mi garantía de tu silencio — se puso de pie y le dio la indicación de que se fuera; le sabía mal amenazarle, pero de otro modo no podría siquiera tener descanso. El error había sido suyo al ir cuando había gente dentro de la mansión, si hubiera esperado a estar solo no habría testigos. Pero las cosas ya estaban hechas y no había forma de cambiarlas, hasta no entender porqué existe esa habitación y su contenido no quería tener riesgos de nada, tenían poco de haber reconstruido sus vidas, no daría motivos para destruirlas nuevamente y esta vez.. quizá de forma irremediable. Aquella persona tuvo miedo de sus palabras, estaba confundido y sabía que el mayor no le haría daño a su familia, pero aquella habitación... con aquel cuadro enorme justo en medio no podía sacarlo de su mente y mientras fuera así no podía engañarse así mismo pensando que el rubio era una deidad pura... le conocía y había hecho algo que le marcó como alguien no confiable, ese hecho le dolía más unido a tener al amor de su vida como un posible objetivo de aquel hombre. Al volver a la fiesta dicha persona le estrujó entre sus brazos haciéndole sentir sumamente culpable, si decía algo... si mencionaba algo ... jamás podría abrazarlo así nuevamente.

Las horas pasaron, la fiesta termino con medio mundo casi muerto por ebriedad, todos habían caído dormidos en todo tipo de sitios dentro de la mansión, Crocodile, así como sus sirvientes tuvieron una gran contienda para transportar a todos a una habitación. Robin y Nami fueron las únicas decentes que mantuvieron razocinio para volver a su propia casa y Law con el hermano menor del rubio se habían desaparecido horas antes. Pero otros dos se mantenían también cuerdos, parecían tener un buen ambiente así que les cedió la habitación más escondida para que la usaran como quisieran, aunque había algo extraño y era que uno de ellos precia desconcentrase muy seguido aún cuando estaba con su amado... Croco no les conocía, y pensó qué tal vez eran imaginaciones suyas. Con un suspiro volvió a su habitación; llegando encontró a Doffy ya inmerso en un profundo sueño, su respiración calmada le tranquilizaba, su rostro pacifico le encantaba, de no haber estado cansado y algo tomado, se habría quedado observándolo por un buen rato. Se quitó la ropa quedando al desnudó igual que su compañero, se acurrucó a su lado debajo de las cobijas y entre sus brazos y cedió completamente al cansancio. Doffy en cambio... había actuado perfectamente el estar dormido, tan pronto el otro se durmió este abrió un poco sus ojos sin poder conciliar el descanso... en su mente aún estaban vivas las imágenes de aquella habitación y el hecho de haber un testigo de ello.

Si no te hubiera conocido... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora