V E I N T I C U A T R O

1.2K 169 25
                                        


Poco más de dos semanas habían transcurrido. Hoseok y Jimin salían casi a diario; Yoongi no lo entendía; ¿cuál era la necesidad, de todas formas?

El pelirrosa inconscientemente –o tal vez no tanto- terminó pegándose a la acaramelada parejita, asistiendo prácticamente todas las citas que ya tenían pactadas. Acordaron no echar a Yoongi a patadas, puesto que sabían que Min no era el más amiguero de todos y les daba un poquitín de vergüenza decirle que querían un momento a solas; de todas formas, era buen amigo de ambos y aunque insistiera en sentarse entre ambos la mayoría de las veces, se mantenía callado.

Era una húmeda tarde de sábado; los letreros coloridos aluzaban las calles de Seúl, mientras la lluvia caía. Hoseok y Jimin aceleraban el paso tomados de la mano, mientras el pelirrosa rodaba los ojos, quitándose el flequillo mojado que se pegaba a su frente.

Entraron a un local donde hace algunas semanas fue abierto un Karaoke con aires juveniles y enormes letras fosforescentes que cambiaban de color cada cierto tiempo. Una pequeña campana sonó, indicando la entrada de alguien nuevo, mas pasó desapercibida entre el bullicio que se generaba entre la música y el griterío de los presentes.

Divisaron una mesa a lo lejos y se dirigieron a paso apresurado. Hoseok ponía atención a las indescifrables acciones del más pálido; en definitiva, no le molestaba su presencia, ¡era su mejor amigo!, pero no entendía qué hacía ahí ciertamente. Cuando Jimin aceptó ser su novio, Yoongi fue el único que no los felicitó; le gusta pensar que fue porque el pelirrosa no es precisamente cariñoso y ese tipo de eventos le causan incomodidad o algo así. Extraño, definitivamente. Su cerebro comenzaba a crear conjeturas, y no le agradaban mucho en su mayoría.

A decir verdad, Yoongi se preguntaba lo mismo. Sí, dijo que los dejaría ser felices y una sarta de cursilerías sobre corazones rotos, pero confiaba en sí mismo y que podría superarlo. Tenía que hacerlo. Y aunque llevará realizando acciones de dudosa moral tenía un argumento: No podría sacarlo por completo sin arrancar la raíz. Tómese por raíz ver a Hoseok y Jimin todos cariñosos, dándose mimos y usando los tan molestos apodos de pareja para que de una vez por todas pudiera meterse en esa cabezota rosada que Hoseok era su amigo y nada más. El ruidoso Hoseok, el tímido Hoseok, el inalcanzable Hoseok.

Al sentarse a la mesa, ordenaron tres refrescos mientras un grupo de amigas presentaba Navillera de Gfriend. El pelirrosa -como siempre- se encontraba en medio de los novios; fungiendo como su eterna tercera rueda. El azabache al notarlo –después de evitarlo a toda costa- soltó un bufido y posicionó su rostro sobre la palma de su mano. Otra noche con Min Yoongi.

El pelirrosa, ajeno a la situación, tarareaba bajito la canción involuntariamente. Jimin lo miró casi al segundo y soltó una risa que confundió a sus acompañantes.

"Deberías pedir un turno" sugirió a Min, quien lo miró con su típica expresión de fastidio. "¿No lo crees, Hoseokie?"

«De nuevo ese absurdo apodo», pensó Yoongi; poniendo los ojos en blanco y ganándose un "amistoso" golpe por parte del más bajo.

Yoongi simplemente decidió afrontar los hechos. Hoseok no sería suyo. Ni ahora ni nunca. Estaba bien; el azabache nunca se enteraría de la estupidez que cometió al enamorarse de él. Es más, probablemente sólo estaba confundido, pasa todo el tiempo, ¿no?; a veces crees que quieres a tu mejor amigo de otra forma, ¿cierto?

Si bien el pelirrosa decidió olvidar su ligero enamoramiento por Hoseok; ese tipo de actitudes cariñosas lo molestaban de sobremanera; y es que muchas veces imaginó el mismo escenario pero sin el bajito de anaranjada cabellera, reprendiéndose al instante. El peor amigo de todos en definitiva.

Friends [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora