♔ OCTAVO CAPÍTULO ♔

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—America, America

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—America, America...

Una voz llamaba mi nombre.

Sentí mis parpados pesados. Quería dormir un poco más..., pero la luz que me alumbraba era muy intensa.

—...ya ha dormido mucho. Debemos despertarla— dijo una voz que no reconocía.

Unas manos de dieron golpecitos de forma insistente en la mejilla para despertarme.

—Ummm— bostecé al abrir los ojos.

Me costó un poco adaptarme a la luz del ambiente. Cuando mis ojos lo hicieron, reconocí el rostro femenino de Nicoleta.

— ¿Nicoleta...?—dije apenas con una voz audible. Traté de levantarme de impulso, pero un dolor en mi cadera se hizo presente. —Auch—me queje.

—Tranquila, señorita—me dijo un señor de alrededor cuarenta años. — aún debe estar adolorida por la caída.

— ¿Qué?—pregunté.

—¿Señorita, me podría decir su nombre?— dijo el hombre que, por su vestimenta, asumí era el doctor.

¿Mi nombre? Ah así mi nombre...

—America Singer—Contesté.

—Bien, bien. ¿Ahora, me podría decir su edad?

—Diecisiete.

— ¿Sabe dónde estamos? —recorrí la mirada tratando de encontrar algún indicio para reconocer el lugar. Parecía que me encontraba en un hospital o un sitio similar. El olor era muy similar al pabellón hospitalario en Illea.

— ¿Un hospital? —respondí

—Algo así. Una última pregunta —dijo— ¿Sabe qué día estamos hoy?

—Umm, depende. —Contesté provocando el asombro de los presentes—En Illea aún no hemos cambiado de año, pero, aquí en Italia, estamos...

—Eso está bien—me interrumpió el doctor. Luego, se volvió hacia Nicoletta—Parece que la señorita no presenta ningún problema en su sistema cerebral. El único problemilla por el momento que tendrá es el golpe en su coxis. Afortunadamente, ya hemos analizado las radiografías que le tomamos y no se ha encontrado nada anormal. —luego se volvió a mí—Señorita America, recuerde que deberá aplicarse el ungüento recetado para curar más rápido sus heridas. —Asentí— Las dejare para que puedan conversar. Cualquier pregunta estaré en mi oficina.

—Gracias doctor—dijo Nicoleta.

Luego que se hubo retirado, Nicoletta se acercó a mi camilla, tomó mi mano y me abrazó.

—Estoy feliz que nada te haya pasado. — me susurró al oído.

Me sorprendí por su gesto. Cerré los ojos y me concentré en recordar. El contacto con la piel de Nicoleta trajo a mí recuerdos de lo que pasó minutos antes que me desmayase.

♔ LA PRINCESA ♔ ( America Y Maxon )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora