PRIMER LIBRO FANFIC DE LA BILOGÍA "UNA MONARQUÍA JUNTOS"
Al finalizar la selección, América Singer se convirtió en "la Elegida" del príncipe Maxon Schreave para ser su esposa y la nueva princesa del reino de Illea. El nuevo cargo viene con diferent...
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Apenas Silvia dio la orden de alistarnos para ir al palacio, mis doncellas enloquecieron. En consecuencia, varias opciones de vestidos quedaron desperdigadas por la cama.
¡Todas eran hermosas!
Me decidí por un vestido rosado pastel largo y un encaje del mismo color. La pedrería del vestido era exquisita. El vestido era imponente, pero podría usarse de día sin que pareciera fuera de lugar.
Las joyas con las que decidí acompañar el vestido eran sutiles. No me gustaba exagerar en costos. Prefería a que las personas, al verme, no solo notaran a un modelito de revista, sino también mi verdadera esencia.
Un llamado a la puerta, nos alertó que debía partir ya.
El guardia, encargado en acompañarme a la limosina, había llegado.
Mis doncellas eran las más entusiasmadas con la situación. Paige me guiño el ojo y Mary me hizo prometerle que le contara, en la noche, con lujos de detalles, todo sobre la visita con los italianos.
Luego de las graciosas despedidas de mis doncellas, me reuní con Kriss en el vestíbulo del hotel.
Ella parecía más calmada que en otras ocasiones.
—Hola, Kriss. ¿Cómo has estado?— dije, intentando entablar un poco de conversación.
—Hola, America. He estado bien — saludó con una sutil sonrisa
— ¿Te ha gustado el hotel? He probado sus postres y son muy exquisitos. Sabes, incluso mis doncellas dicen que la comida de aquí es más deliciosa de la que se prepara en Illea.
—Lo siento, pero no he tenido tiempo de disfrutar de los postres. He estado ocupada en otras cosas. —dijo Kriss, y me ofreció una sonrisa forzada. Luego, miró a ambos lados para saber si no había nadie cerca de nosotras. — Creo que tenemos que hablar, America, sobre...
— ¡Señoritas!— exclamó Silvia al acercarse del otro lado del pasillo.
—Buenos Dias—Saludamos al unísono.
—Por favor, suban al vehículo. — nos pidió.
Inmediatamente, le hicimos caso. Primero subió Kriss y, después, yo.
Durante el viaje, Silvia nos advirtió sobre las acciones que no debíamos hacer enfrente del sus majestades, el cómo debíamos comportarnos, cómo debíamos dirigirnos a los reyes de Italia y a su alteza, la princesa. Silvia también nos comentó que Nicoleta no era hija única. Tenía dos hermanas y un hermano, todos menores.
Normalmente, su hermano permanecía fuera de Florencia estudiando en la universidad. A diferencia de sus demás hermanas, el príncipe Ricardo había optado por estudiar la carrera de medicina.
