PRIMER LIBRO FANFIC DE LA BILOGÍA "UNA MONARQUÍA JUNTOS"
Al finalizar la selección, América Singer se convirtió en "la Elegida" del príncipe Maxon Schreave para ser su esposa y la nueva princesa del reino de Illea. El nuevo cargo viene con diferent...
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No tenía bien pensado que iba hacer cuando lo tuviera frente a frente, pero de algo estaba seguro. Hoy, lo enfrentaría. Dejaría de temerle.
El daño ya estaba hecho.
Mi niñez y juventud, el corazón de mi madre y la paz de mi matrimonio destrozadas por ese ser tan vil.
Hoy, me redimiría. Por mi madre. Por America. Por mí.
Doblé la última esquina del pasadizo. Sin pensarlo más, abrí la puerta y, por primera vez, entré sin avisar de mi presencia.
¡Al carajo los protocolos!
—¡¿Cómo pudiste traer de nuevo a esa mujer al lugar donde vives con mi madre?! ¡Tu esposa!—le recriminé sin tener el más mínimo temor.
La habitación estaba iluminada exclusivamente por la luz de los focos. Las cortinas no estaban abiertas.
Mi padre no tardó en responder a mi ataque.
—Vaya—dijo poco sorprendido y con un toque de sarcasmo en su voz—Veo que tu esposa no se demoró en llenarte esa cabeza de mentiras—aplaudió— Esa pu...
—¡Cállate!—lo interrumpí—No te atrevas a hablar de mi esposa—lo amenacé. Me acerqué a él y lo jalé del cuello de la camisa. No era fanático de la fuerza, pero en ese instante no pude pensar con claridad.
La razón no le ganaba al corazón.
—¡Responde! ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? ¡Responde!
La sonrisa de mi padre me dejó perplejo.
—¿Tú que tanto me reclamas? Si mal no recuerdo, en la selección, te la pasabas cada día con una diferente seleccionada. Y, por mis informes, no solo les tomabas la mano—se burló de mí. Aprovechó un momento de debilidad y se soltó de mi agarré. Me golpeó en el pecho empujándome hacia atrás—Así que no me vengas a mí con cuestiones de fidelidad y esas tonterías.
—Eso no tiene nada que ver con que engañaras a mi madre en su propia casa.
—¡Es mi palacio! ¡Soy el rey! Por si se te olvida. En cambio, tú no eres más que un niñito de mamá que no le puede dar un hijo a su esposa—se dirigió hacia su asiento y se sirvió otra copa más de vino— Yo logré embarazar a tu madre a pesar de que las posibilidades estaban en contra—se jactó.
—¡Esto no tiene nada que ver!—me harté de la situación y lo tomé de su camisa. Mis ojos destilaban furia intensa. Arrojé su copa a un lado de la habitación sin importarme si manchaba la clara alfombra.
—¡A ver pégame! Si te crees tan valiente...—me incitó. Levanté mi puño, pero no efectué el golpe. A continuación, hubo un momento tenso de intercambio de miradas. Al ver que no daba el primer ataque, mi padre volvió a arremeter contra mí con burla—Eres un bueno para nada. Si no fuera porque conozco muy bien a tu madre, dudaría que seas hijo mío. Pedazo de inútil...—en ese preciso momento, me di cuenta que su aliento apestaba a alcohol.
