Las ramas que cubrían casi por entero una de las paredes blancas de aquel peculiar cuarto blanco, se removían y entrelazaban unas con otras al compás que marcaban los dedos de la chica de cabello castaño, mientras recostada sobre el suelo, tarareaba para ella misma una lenta y triste canción. La única canción que aun podía evocar, la única canción que aún le recordaba lo que fuese en el pasado, la única canción aún le hacía pensar que tal vez un día, eso terminaría.
Un trozo del techo se desprendió, como lo hicieran varios pedazos antes de el y, como todos los anteriores, termino por chocar contra el suelo haciéndose añicos. Ella lo analizó con extrañeza, preguntándose si debía considerar eso como alguna mala señal de lo que se avecinaba.
—Algo está pasado afuera.
—¿Qué te hace pensar eso? —pronunció en un gruñido casi inaudible la extraña criatura con la que compartía aquel lugar.
—¿Acaso no lo notas? El cuarto blanco está comenzado a quebrarse.
—Deberías estar preocupada, hace ochocientos años que no perteneces a ese mundo, —le soltó con alegre malicia, ante la semejante revelación que podría tener ese acontecimiento—, desaparecerás cuando caiga el último pedazo. Yo no, claro, pero tú sí que lo harás —Ella sonrió de lado ante esas palabras y se quedó observando a aquel ser, cuyo cuerpo permanecía suspendido del suelo, atado de todas las extremidades a la pared cubierta de ramas, mientras estas seguían incrustándose en su piel rocosa causándole heridas expuestas y sangrantes que manchaban el suelo pulcro, de un color carmín.
—Entonces te seguiré torturando un tanto más, antes de que eso suceda —completó ella y un brillo de total demencia se asomó en sus ojos oscuros, sonriendo como una maníaca mientras observaba la sangre de su víctima brotar.
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Pues con esto se da por concluida la historia de Jules y compañía. Espero que no quedaran decepcionados y que el Epígolo les de una idea de hacia donde se dirigen las cosas y lo mucho que queda por continuar.
Gracias a los que llegaron hasta aquí, a los que se fueron, a los que continuaran siguiendo mis locuras, a los que creyeron, a los que no, a los que me animaron, a los que tiraron a la mierda lo que hice. Gracias a todos.
Y si se preguntan de donde salio la historia, bueno pues de Ella y de los sueños que tengo sobre Ella. Ademas de que el final fue cortesía de Yevgueni Jaldéi y su famosa foto de la segunda guerra mundial, de cuya imagen surgió la idea "Solo estamos atrapados en el medio"
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La última sombra del hombre
Ciencia FicciónLas dificultades están destinadas a despertarnos, no a desalentarnos, ya que el espíritu humano crece a través del conflicto, pero también es ahí, cuando nos damos cuenta de la vileza del ser humano para sobrevivir a una amenaza, en este caso de tip...