Desde la semana pasada haz comenzado a venir todos los días. Hoy, en vez de pedir tu café y pedazo de torta, te limitaste a decir "lo mismo de siempre por favor" y junto a eso, me brindaste una de tus cálidas sonrisas. En medio de eso lo que mas me dejó encantada el día de hoy fue la manera en que te despediste, me mostraste aquella nota que dejé al lado de tu café hace una semana y me dijiste "Que tengas lindo día, bonita" . Es peculiar la manera que tienes de ponerme nerviosa y hacerme sonreír solo con dar un paso dentro de la cafetería. Mis compañeros ya ni si quiera ponen un poco de oposición con dejarme tomar tu pedido, con tan sólo verte entrar todos notan como mis sentidos se ponen alerta. Sigo juntando valentía para poder conocerte y saber tu nombre.
Anoche incluso soñé que caminábamos por un parque alejado de la ciudad, soñé que tomabas mi mano y juntos reíamos de las pequeñas cosas que la vida nos regala, soñé que compartíamos nuestros sueños y nos prometíamos hacerlos realidad así como nos encontrábamos en ese momentos, tomados de la mano. Bastante cursi, ¿no crees? y mas que eso ¡bastante fantasioso!, sólo en sueños un chico como tú se fijaría en una chica como yo, una tan común, tan invisible, una simple chica que sirve cafés y pedazos de torta.
De: Natalia
Para: El joven del café13-03-2010
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Cartas al joven del café
RomanceElla nunca se cansó de escribir, ella nunca se cansó de amar. Quien diría que algo efímero podría convertirse en algo duradero, apasionado, arrebatado.