"Bonita" esa es la forma que tienes que llamarme, y no puedo negar que ¡me encanta!, sinceramente me pone los vellos de punta y hace que algo en mi estómago de un vuelco. Tu voz es jodidamente sensual y masculina, tanto que funciona también como música para mis oídos. Tus ojos, que aunque poseen un color tan común como el del café que pides a diario, muestran la calidez que habita en tu interior y son tan penetrantes que con unos segundos de contemplarlos puedes perderte en ellos por una eternidad .
Cada noche antes de acostarme y terminar de escribir cada carta que seguramente jamás leerás, suelo buscar estrategias y pensar en cuál será la mejor forma de acercarme a ti. Porque, para ser sincera, creo que te caigo bien, pero jamás has preguntado mi nombre, y aunque siempre has sido absolutamente educado, no pareces querer dejar de lado el margen entre nosotros, no pareces verme mas allá que como la simple chica de la cafetería.
De:Natalia, la chica de la cafetería
Para: El joven del café20-03-2010
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Cartas al joven del café
Storie d'amoreElla nunca se cansó de escribir, ella nunca se cansó de amar. Quien diría que algo efímero podría convertirse en algo duradero, apasionado, arrebatado.