Carta 3

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¡Es increíble! Luego de un mes ¡UN MES! Aquel joven de pantalones gastados volvió a aparecerse, al verlo entrar todos mis sentidos despertaron, obviamente fui yo quien peleó para poder tomar su pedido, mis compañeros muertos de risa (disimulada) me dejaron atenderle no sin antes haberme brindado cada uno una mirada pícara que logró ruborizar mis mejillas. Dijo "buenas tardes" y ordenó exactamente lo mismo que la primera vez, un pedazo de torta con un café, con más seguridad le serví sus cosas y esta vez antes de irse se despidió con un "muchas gracias, bonita, que tengas buenas tardes" . Los chicos con los que trabajo no dejaron de bromear y hacer comentarios a cerca de lo que pasó con ese muchacho, y como obviamente me había dejado con la mirada perdida y con el gesto de tonta en el rostro .

-Natalia

12-02-2010

Cartas al joven del caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora