—¡Despierten, tenemos mucho que hacer hoy!
Una voz molesta interrumpió mi agradable y placentero sueño, decidí ignorarla, así que sólo me quejé y me acomodé para seguir durmiendo.
Pero la voz molesta no parecía querer detenerse.
—¡Arriba, no hay tiempo que perder!
Logré identificar la voz, provenía de nada más y nada menos que del dios vagabundo.
—¿Qué quieres? —musitó un somnoliento Yukine, que se sentó y se talló los ojos para tratar de mantenerse despierto
—Que se levanten, ¡hoy los llevaré de excursión! —respondió un muy animado Yato
Por lo que sentí a continuación, Yukine se volvió a acostar, al parecer la idea no le emocionaba como a Yato. Y a mi tampoco, quería seguir en el mundo de los sueños unas cuantas horas más.
—Tendré que acudir a técnicas más severas... —advirtió el dios, cruzándose de brazos
Eso fue lo último que escuché de él, todo volvió a su calma, lo que significaba que nosotros también podíamos volver a dormir tranquilamente. O eso pensaba.
—¡Sekki, Yukki!
Utilizando nuestros nombres de armas de una manera incorrecta logró sacarnos de nuestras cómodas camas, llevándonos a él de una manera un tanto brusca, logrando despertarnos con efectividad.
Entre la confusión y el sueño que repentinamente se fue, me aturdí unos cuantos segundos por el cambio tan drástico.
«¡Está loco!»
—Bien, hora de irnos —sonrió triunfante, con sus ojos gatunos brillando después de la pillería que acababa de cometer— Vuelvan, Yukine, Amane
El rubio y yo caímos, él sobre su trasero y yo sobre mis rodillas. Aún con la mente aturdida, estábamos listos para quejarnos.
—¡Esto debería ser un crimen! —coloqué una mano sobre mi cabeza ya que estaba algo mareada
«Malditos sean Yato y sus "técnicas severas"»
—Yo se los advertí —bufó con la frente en alto y ambas manos en su cadera como una diva— Ahora, prepárense, saldremos en cinco minutos —se dio la vuelta y se fue
Maté a Yato cientos de veces en mi cabeza, mientras que con toda mi fuerza de voluntad trataba de aguantar las ganas de ir y hacer una de esas fantasías realidad.
Además, por lo que me habían contado de las desventuras de Yato, una en particular, no importaba qué le pasara, él no moriría. A menos claro que la gente se olvide por completo de su existencia, o que otro dios lo matara... esas eran las únicas formas de matar a un dios.
—¿Estás bien? —Yukine me sacó de mi nube, estaba agachado a mi lado con la intención de ayudarme a levantarme
—Sí, gracias —lo miré y sonreí
«Al menos lo tengo a él a mi lado»
Eso me hizo sentir de mejor humor, no importaba si Yato se atrevía a despertarnos de una manera terrible (pero efectiva), tener a Yukine a mi lado lo mejoraba todo.
Momentos más tarde y ya arreglados, Yato nos arrastró con él a una parte de la ciudad que jamás había visto.
—¿Seguro que sabes a dónde nos llevas? —pregunté, mirando con desconfianza los alrededores
Las casas y edificios dejaron de ser parte del paisaje poco a poco, en su lugar estaban siendo reemplazados por maleza y terrenos baldíos.
—Confía en mí —fue la respuesta del ojiazul
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Una Shinki Diferente.
Fanfiction★¿Qué pasaría si la historia de las aventuras de Yato, Yukine y Hiyori en busca de convertir al dios en chándal en un dios de la fortuna... no es como te la contaron? ★La historia nunca antes contada de Noragami. ★El secreto mejor guardado de los di...