Cuidado con lo que piensas.

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Cuando regresamos a casa de Kofuku soltó mi mano y se fue, dejándome en la puerta como si no le importara.

«Pff...»

No le tomé mucha importancia, poco a poco me acostumbraría a sus cambios de actitud.

—¡Ne-chan! —Kofuku se abalanzó sobre mi, causando que perdiera el equilibrio y casi cayéramos

—¿Amane? —Yato salió de la casa, me miró muy seriamente y le dijo algo a Kofuku que no alcancé a escuchar

Ella asintió, me sonrió y entró de nuevo a la casa.

—¿Pasa algo? —traté de no preocuparme, pero Yato serio daba miedo

—No, pero si tienes que saber algo —metió las manos en los bolsillos de su sudadera

«Creo que ahora sin tengo un poco de miedo»

—Si es por lo que dije antes, ya no voy a pensar en esas cosas, estuve meditando un poco y bueno, quiero darte las gracias por darme un hogar —hice una leve reverencia antes de continuar— Puedo no tener memorias, pero estando con ustedes obtendré unas nuevas. Y ahora, como tu regalía espero servirte por mucho tiempo y ayudarte, no, ayudar a todas las personas liberándolos de esos ayakashis, porque esa es mi misión, la misión que me has asignado —lo miré y se veía ligeramente sorprendido, sonreí alegremente y él me sonrió de lado

—Me siento muy feliz por escucharte decir eso —lloriqueó mientras me abrazaba

«¡Si no es para tanto!»

—Bien, vayamos adentro, Amane —me soltó y acarició mi cabeza como si fuera un perro

—Uhm... pero si tengo varias preguntas sobre ésto de ser shinki —mencioné mientras lo seguía

—Estoy seguro de que Yukine puede responderlas todas, y creo que él puede ayudarte con lo básico —guiñó

Cuando entramos a la casa, Kofuku estaba tirada encima de Hiyori, diciendo cosas extrañas mientras Yukine trataba de ayudarla y Daikoku le decía "nadie toca a mi diosa".

La escena era tan graciosa que no pude evitar soltar una sonora risa que llamó la atención de todos, a pesar de eso seguí riendo, ocasionando la risa de los demás, hasta la de Daikoku.

El resto de la tarde fue bastante divertida, escuchar las historias de todos era genial, pero las más divertidas fueron sobre las desventuras que vivían día a día con el dios Yato. Daikoku lo amarró varias veces a un árbol, ¡inlcuso una vez porque trató de remodelar la casa sin permiso!

«Que ocurrencias las de este dios»

—Recuerdo la vez que se nos olvidó que Yato estaba amarrado al árbol, se quedó ahí toda la noche —comentó Daikoku muy divertido, y bueno, todos reímos menos el protagonista

—Son los peores —Yato se cruzó de brazos haciendo una cara muy graciosa

—¡Tú te lo buscaste! Si no hubieras vendido nuestros muebles y luego desperdiciado el dinero en porquerías no habrías estado ahí —Daikoku le arrojó su encendedor en la cabeza a Yato, quien lo miró enojado y con un pequeño rastro de temor a la vez

—Tengo que irme, ya es bastante tarde —Hiyori se levantó viendo su celular, nos sonrió como despedida y se fue

Nos quedamos hablandando hasta que se hizo de noche, Daikoku nos obligó a irnos a dormir, dijo algo relacionado a que tenía que trabajar porque Yato desperdiciaba mucho dinero y era un inútil.

Cuando subí al ático había dos camas, ¿iba a compartir habitación, con quién?

«Tal vez con Yukine...»

Una Shinki Diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora