A la mañana siguiente me levanté con bastante energía, el discurso de Yukine me hizo olvidarme de mis fracasos y vergüenzas anteriores, ahora mi única preocupación era ser una buena shinki, una que sirviera de ayuda a Yato y no el estorbo que había sido antes.
—¡Buen día! —saludé a Daikoku, quien era el único en el comedor
—Buen día —dijo, y me miró de reojo— Hoy no saldrás corriendo antes del desayuno, ¿o sí? —bromeó con una media sonrisa adornando su cara
—No, lo siento, te voy a decepcionar con eso —bromeé también, provocándole una risilla
—Está bien, puedo soportarlo —se encogió de hombros
—Dime, ¿tienes alguna tarea para mí? —pregunté mientras me sentaba, diciéndolo lo suficientemente alto para que me escuchara, ya que se había levantado para ir a buscar mi porción de desayuno
—Puedes comenzar regando las plantas, sólo no vayas a ahogarlas como Kofuku —advirtió mientras dejaba el plato en frente mío
—De acuerdo, déjamelo a mí
Era una tarea sencilla, pero al menos era algo, hubiera sido peor que me dijera que no había nada que yo pudiera hacer.
—Por cierto, Daikoku, ¿crees que puedas ayudarnos a Yukine y a mí con el tema de nuestro dinero? Creo que ya fueron suficientes gastos sin nuestro consentimiento —le dije, seguido de un suspiro
—¿Qué compró esta vez? —volvió a sentarse y me miró con una ceja alzada
—Nada, pero ayer nos confesó que estamos en la quiebra —suspiré de nuevo— Todo por ese templo en ruinas
—Jmm, ya veo —puso su mano en su barbilla y asintió antes de continuar— Está bien, les ayudaré con mucho gusto
—¿En serio? ¡Muchas gracias!
Me sentía feliz de que, al menos, un asunto ya estuviera medianamente solucionado, y gracias a eso me sentí más positiva sobre el futuro. ¡Las cosas iban a cambiar, sí o sí! Y todo para mejor.
Terminé mi desayuno, lavé mi plato y me encargué de la tarea que Daikoku me había asignado, con el entusiasmo irradiando de mi ser.
Yukine despertó poco después, tenía el pelo revuelto y una cara adorable, parecía un niño pequeño.
—Buenos días —murmuró entre bostezos, tallándose los ojos
—Buen día —le respondí, tal vez con demasiada alegría
—Pareces animada —sonrió de lado, mostrándose aliviado y algo curioso
—¡Lo estoy! Me siento como una persona nueva —por mi parte le sonreí con determinación y lo acompañé en la mesa, Daikoku nos miró a ambos también con cierta curiosidad
—Me alegro mucho, Amane —dijo el rubio, sonriendo enternecido
Un ligero sonrojo se hizo presente en mis mejillas, mi corazón se aceleró por sus palabras y aquella expresión que me estaba dedicando. Ese rubio tenía más poder en mí de lo que imaginaba.
—¡Bueeeenos días, florecillas! —se unió Kofuku, apareciendo de quién sabe dónde e irradiando más entusiasmo que yo
<<Creo que así me veía hace unos segundos>>
Poco después se unió Yato, quejándose de que éramos demasiado ruidosos.
—Ya es casi mediodía, ¿no piensas hacer nada productivo? —lo riñó Daikoku, mirándolo mal
![](https://img.wattpad.com/cover/68221970-288-k172453.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Una Shinki Diferente.
Fanfiction★¿Qué pasaría si la historia de las aventuras de Yato, Yukine y Hiyori en busca de convertir al dios en chándal en un dios de la fortuna... no es como te la contaron? ★La historia nunca antes contada de Noragami. ★El secreto mejor guardado de los di...