CAPITULO 12

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"En la superficie está la máscara, el maquillaje, pero solo en las profundidades está la belleza."
Osho
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La gran propiedad ubicada a las afueras de Londres, estaba a rebosar. Todo aquel que se preciara de ser alguien dentro de la elitista sociedad inglesa estaba presente.

- ¡En qué hora estuve cuando acepté acompañarte, Ray!- gruñó Amanda.

- Pensándolo bien, fue una pésima idea.- dijo el aludido, mirando con estupor el revelador atuendo  de su hermana, una vez está se hubo quitado el discreto dominó color azul piedra.- Pero ya estamos aquí, llevas la protección de una máscara y espero también que el buen juicio de los Loring sea tu escudo para huir de cualquier situación dudosa.

- Ni modo. Mamá y Hattie si que que saben escoger atuendos discretos.- Mandy suspiró, mientras admiraba el transparente disfraz escogido por las damas mayores.- ¡Y como te separes de mí Raymond Loring!, porque  si lo haces acudiré de inmediato donde las informantes de Lady Gossip para contarle que estás desesperado por sentar cabeza.- riño al rubio marqués.

- Como gustéis, bella Rosalina. No estarías diciendo ninguna mentira.- sonrió jugueronamente su hermano.- Eso si, procura que tenga algo de materia gris en su linda cabecita.

- No me tientes...- siseó la condesa, pero antes de terminar la frase, su apuesto hermano menor desapareció entre la multitud tras los pasos de cuatro jóvenes vestidos con idéntico atuendo y máscaras. " Los Magnificos y sus ideas locas.".- pensó.

* Lord Raymond Loring, marqués de Laughton

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* Lord Raymond Loring, marqués de Laughton.

Dejada por su cuenta y riesgo, Mandy admiraba la dedicación puesta en la decoración de los salones, adornados a la usanza del siglo de oro inglés. Mientras se esforzaba por escapar del atestado entorno, hubo de esquivar un sinfín de atrevidas propuestas y miradas lascivas.
Lejos de amilanarse, Mandy se encaminó hasta las terrazas, para buscar la intimidad y resguardo que necesitaba. Esa mañana había confirmado sus peores temores: estaba embarazada, y le estaba tomando tiempo procesar esa información.  Debía capitular y decírselo a James.

Imbuida en sus cavilaciones como estaba, no percibió que el mirador ya se encontraba ocupado. Sólo fue consciente de ello cuando una voz grave, la voz amada, dijo:

- Decidme, ¿con quién trota el tiempo?

-"Pues trota muy lento con una soltera entre el compromiso y el día de la boda. Si median siete días, el trote del tiempo es tan lento que parecen siete años..."- repuso Mandy, sólo para agregar.- ¡ Oh James! Me gustaría tanto ser aquella muchacha que alguna vez conociste...

Besos clandestinos ® #3 Serie MagníficosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora