" Un beso tiene derecho de interrumpir cualquier frase."
A medida que se acercaban al edificio de estilo Tudor situado a los márgenes del Avon, la joven pudo constatar que este seguía tal cual recordaba."The Fairy''s Cottage" constituía un lugar de escape para todos aquellos que vivían su amor en lo secreto. Los altos precios que sus huéspedes pagaban por un par de horas de "discreto descanso"así lo avalaban.
Amanda enfundada en un discreto ropón marron, descendio del vehículo negro con la complicidad de Borden, el cochero de su hermano. Es que todos los residentes de Laughton Park, amos y criados, estaban coludidos y empeñados en ver feliz a la otrora dichosa Lady Mandy. Y Lord Jamie, como cariñosamente le llamaban, era el indicado.
Cuando se acercó a la puerta, una mujer mayor, quien se identificó como la señora Selton, propietaria del lugar, le hizo pasar a registrarse. Mandy, con toda la frialdad que le fue posible para ocultar la vergüenza que sentía, dio el nombre de su "esposo" quien le estaba esperando:
- No es necesario, madame. Mi esposo me está esperando. Su nombre es James
Bennet.-dijo la rubia, haciendo uso del nombre que alguna vez utilizó Hardcastle para reunirse con ella hará tanto tiempo.- ¡ Aquí está, madame!.- cotejó en el libro de registros la agradable mujer.- Se encuentra en la habitación azul. ¿Trae su equipaje?
- No. Me encuentro en Bath acompañando a mi abuela, en su casa..- dijo Amanda, rogando para que Dios la perdonara por mentir tanto en menos de una hora, y confidenció a la curiosa mujer.-: - Mi marido y ella no se llevan bien, por eso el debemos recurrir a este sitio tan discreto para conversar tranquilos, sin interrupciones.- y viendo como el embuste surtía efecto en la cotilla mujer madura, remató.: - Usted me entiende...
- No se diga más jovencita. Se lo latoso que es aguantar intromisiones de suegras y abuelas impertinentes.- y guiñando un ojo, dijo:- Goza de toda mi discreción.
Mientras seguía por el largo pasillo a la señora Selton, Mandy inspiraba profundo. Pese al tiempo transcurrido, conocía el camino que conducía a la misma habitación en la que, hace siete años entregó su virtud y su alma a su entonces joven enamorado.
Una vez sola , se armó de valor para golpear la puerta.
No tuvo que esperar mucho. James Prescott Proctor, décimo Conde de Hardcastle la esperaba. Y una vez más, Lady Mandy cayó rendida ante la mirada ardorosa de su único amante.
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Cuando James sintió el toque suave en la puerta, se tensó. Pese a no haber acordado nada con Amanda, llevaba una hora impacientemente esperándola.
Embargado por la emoción, corrió hasta la entrada de la habitación y cuál novato impaciente, abrió.
Allí, enfundanda en un voluminoso dominó color chocolate, la siempre altanera Lady Amanda Caroline Sanders le miraba con incertidumbre. Sabedor que uno de los dos debía romper el silencio, dijo:
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Besos clandestinos ® #3 Serie Magníficos
Historical FictionLA VIUDA Luego de un apresurado matrimonio y una repentina viudez, Lady Amanda Caroline Sanders la bella hermana del marqués de Laughton ve como el pasado regresa para cobrar promesas incumplidas. EL PERSEVERANTE Tras una prolongada estancia en...