El regreso

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JACK

  Hace ya cuatro días que había llegado a Weselton y todavía no había descubierto nada acerca de ninguna conspiración secreta. Pasó todo el tiempo persiguiendo al duque por todos lados, incluso lo vio quemar la carta que Elsa le había mandado la tarde del día en el que se despidieron, pero nunca lo sorprendió complotando contra Arendelle ni su reina. Lo peor de todo fue que Weselton era uno de los reinos más aburridos que él había visitado.

  No fue hasta el quinto día que se encontró con una situación fuera de lo normal.

  Estaba siguiendo al duque por su castillo, Jack había descubierto que él era el que regía el reino aunque no se hiciera llamar rey, cuando un criado se acercó y le comunicó algo al oído de manera confidencial, pero que el muchacho pudo escuchar pues estaba a unos poco centímetros.

  -Respondieron señor.

  El duque miró al sirviente y éste asintió, a continuación se separaron y el viejo comenzó a correr hasta llegar a su despacho. (nota de autor: ¿existían los despachos en el 1800?) Allí se encontraba un montículo de cartas selladas con insignias reales. El duque se sentó, con Jack flotando sobre su cabeza, y comenzó a leerlas. El chico casi se cae al ver lo que decían.

  Todas daban la autorización y su apoyo a una guerra.

  Una guerra contra Arendelle.

 Jack abrió los ojos sorprendido y trastabilló en el aire, atravesando por un segundo al hombrecito sentado debajo de él, aunque éste no lo notó y siguió escribiendo. Retrocedió un poco para poder hacer un movimiento brusco con el báculo y así arrojar todas las cartas al suelo con una fuerte ráfaga de aire que también le movió el cabello al duque.

  -¿Qué...?- preguntaba el hombre mientras se acomodaba el pelo y miraba hacia todos lados buscando el origen del viento, sin éxito, llamó a alguien para que limpiara el desastre, sólo que Jack no se quedo ahí para verlo. Partió inmediatamente hacia Arendelle.

  "Rápido" les exigió a los vientos, necesitaba llegar lo más pronto posible.

  ____________♥_______________

  "Elsa" pensó feliz. Al ver el reino desde lejos. Como había extrañado a su amiga, como había ansiado volver a besarla desde que se fue, sentir esos suaves labios contra los suyos, ver esa hermosa sonrisa que a él se le hacía tan contagiosa, tocar ese suave cabello color arena y leer esa celeste mirada suya llena de luz.

  Era la tarde del sexto día cuando llegó a Arendelle, inmediatamente fue al castillo buscando a Elsa en su balcón, pero éste estaba vacío. Entró a su habitación, sólo que no encontró a nadie.

  Suspiró melancólico al ver el lugar justo como lo recordaba, lleno de dibujos de escarcha y decoraciones de hielo, se acercó a una mesita blanca que estaba junto a la cama de su amiga, se alegró al descubrir sobre ella un retrato suyo, donde estaba sonriendo y  ofreciendo una mano como si estuviera invitando al espectador a acompañarlo a volar por los cielos.

  "Te dije que no podías vivir sin mí" pensó con una sonrisa fanfarrona en el rostro.

  Decidió inspeccionar un poco el palacio, pero no obtuvo resultado, pues, aunque estaba repleto de personas, de las cuales más de la mitad Jack no conocía, ninguna era Elsa.

  "¿Qué hace toda esta gente acá?" se preguntó cuando un hombre vestido con ropas caras y de colores oscuros lo atravesaba.

  -La reina se llevó a Tea, hace mucho que no la montaba- le oyó comentar a una sirvienta que pasaba junto a él, una morena que caminaba junto a otra rubia, ambas vestidas de marrón. Jack no perdió el tiempo y apenas escuchó la palabra "reina" comenzó a seguir a la mujer.

Los guardianes del invierno (Jelsa Fanfic) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora