Los guardianes del invierno (Jelsa Fanfic) [Terminada]

El trato

ELSA

La primera reacción de la reina había sido escapar.

Al despertarse, sólo podía ver caos. Jack y Anna mirándola estupefactos y aterrados; Lance convertido en hielo negro, sujetando su mano, en su rostro sólo se podía ver el horror. No pudo soportarlo mucho tiempo, por más de que lo hubo intentado. Escuchaba a sus amigos conversar, ¿le hablaban a ella? No lo sabía, no quería saberlo. Lo único en que podía pensar era en huir, encontrar una salida, miró a la luz de la Luna, que la alcanzaba a través de la ventana. Lanzó un rayo hacia el vidrio, que se rompió en cientos de pequeños cristales volando hacia todas las direcciones, cerró los ojos para protegerse, aunque los abrió al darse cuenta de que alguien tiraba de su brazo, sin permitirle avanzar.

"Jack, no... no te me acerques" pensó histérica, pasando por alto el hecho de que a él no podría congelarlo, y con la ayuda de sus poderes, lo empujó hacia atrás, arrojándolo al suelo. "Corre" pensó aterrada, no perdió el tiempo y se lanzó por la ventana, esperando caer 'en la nieve, cuando la oscuridad la absorbió y arrastró hacia arriba.

-¡Bienvenida, reina de Arendelle!- anunció alguien, un hombre, con teatralidad.

Elsa no se atrevía a moverse, recostada en el suelo como estaba, boca abajo, con las piernas y brazos desparramados a su alrededor, sus ojos sólo podían mirar la áspera roca gris donde yacía. La persona parecía estar sobre ella, cerca.

"¿Qué está pasando? ¿Qué hago acá? ¿Dónde está la nieve?" Hace unos minutos ella estaba en el castillo, saltó por la ventana con la intención de aterrizar sobre ese material blanco, escapando de..."Lance" pensó, sus puños se crisparon "Tranquila, sólo respira" se obligó a relajarse. Inhaló un par de veces antes de que aquel hombre misterioso volviera a hablar.

-¡Vamos Elsa! No pretenderás hacerme esperar toda la noche, ¿o sí?...

"Esa voz..."

-Tiempo de levantarse, querida.

"No puede ser"

-Pitch Black- susurró tan bajo que apenas ella pudo oírse, mientras se levantaba poco a poco, la cabeza le dolía como si se la hubieran golpeado con un martillo, se la tanteó con la mano, buscando alguna herida o hinchazón, mas no encontró nada.

-¡Al fin! ¿Qué decías? Creo que no pude escucharte- aplaudió entusiasmado, una falsa sonrisa se extendía por todo su rostro, donde unos dientes como colmillos emergieron, a la reina un escalofrío le recorrió el cuerpo al posar la mirada en esos ojos amarillos.

-Me preguntaba acerca de la última vez que me llamaste "querida", ¿qué te había comentado entonces?- dijo, igualando la falsedad de la expresión del hombre al subir las comisuras de sus labios lo más alto que pudo.

-Creo que algo acerca de que no te diga así...- al principio mostró una concentración fingida, pues después la miró con una sonrisa maliciosa- no lo sé, ni me importa- agregó con un gesto despectivo de las manos.

La mente de la chica trabajaba a máxima velocidad anotando en su mente toda la información que iba adquiriendo. Se encontraba en un espacio negro, sus paredes eran lisas, de un material oscuro que no fue capaz de identificar, el suelo cristalino reflejaba una figura oscura de ella misma, con los cabellos desarreglados, el peinado desarmado para dar lugar a una trenza desprolija. Su corona yacía a unos metros de ella. El techo, alto y distante, no podía distinguirse de la pared, no saber dónde comenzaba uno y terminaba la otra la desorientaba. Pitch carraspeó, llamando su atención, en unos segundos se había acercado al punto de que solamente unos centímetros los separaran, Elsa se alejó unos pasos, él pareció no darse cuenta, con la misma expresión de antes imperturbables.