Dos

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Annabeth amaba las estrellas. Pasaba las tardes esperando con ansias a que la ciudad se tiñera de negro. Había dejado de discutir con su madre tiempo atrás, cuando entendió que sus pasiones no eran compartidas y que ella poco podía hacer.

Para Berta las cosas dejaban de importar y de tener sentido si sobrepasaban más de dos pamos de la tierra. ¿Qué más le daba a ella que hubiesen otros planetas? Si total, iba a comer igual y a seguir sin un billete de más en la cartera. Así que Annabeth había empezado a pensar a la inversa.
Total, ¿qué más daba si se dejaba llevar por las estrellas?

Pide un deseo, AnnabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora