¿Always Together? (Siempre juntos)

CAPÍTULO 33

Los meses siguieron su curso, y aún seguía asistiendo a fiestas pero ya no para alcoholizarme o quedarme inconsciente a mitad de la fiesta.

Más bien era para meditar.

Viaje a cien años luz.

¡Nótese mi sarcasmo!

En realidad me quedé pensando toda la noche, en todos los buenos momentos que me perdí con mi amigos y amigas. Me aparte de ellos, por el simple hecho de darle toda la atención a Enrique.

Cruelmente los deje a un lado.

Recibía invitaciones de ellos, pero yo las cancelaba o les decía cualquier excusa para no apartarme de mi novio.

Lo sé, lo sé. Estuvo muy mal de mi parte hacer eso, pero cuando uno esta enamorado no quiere despegarse ni un segundo de su lado.

Entonces, cuando ellos se enteraron de que había terminado mi relación no dudaron en darme su apoyo.

Es allí cuando entendí que,

《 Nunca cambies la amistad por el amor, porque la amistad está, cuando el amor se va.》

Era algo muy contradictorio.

Tal vez llegará un momento en el cual nos tengamos que volver a ver, quizás nos quedemos sorprendidos o más bien no sabremos que hacer en ese momento.

Pero de algo si estoy segura, cuando llegue ese día solo lo miraré y le daré una pequeña sonrisa y seguiré mi camino. Quizás siga teniendo más dudas del porqué me dejo, pero dejaré que el tiempo lo diga.

De pronto, una voz varonil me saco de mis profundos pensamientos.

-Estas Bien?

Fruncí en seño en señal de desconcierto.

Aún no entendía lo que pasaba a mi alrededor, ya que me había salido de la fiesta para meditar unas horas.

Tan pronto como termino la fiesta, me dirigí a mi casa para poder descansar ya que había sido un día muy agotador.

Y así pasaron los días, a veces salía y otras veces prefería quedarme en casa viendo series o películas románticas.

¡Que cliché!

Así es uno cuando tienen una ruptura amorosa. ¡ No juzguen!

Extrañaba tanto a mi mejor amiga, para que yo me pusiera todo el santo día viendo películas. Extrañaba verla, e incluso que me escuchara cuando tenía mi corazoncito roto por decirlo así ya que la causa era Enrique.

Hubieron días en los que hacíamos video llamadas frecuentemente, me alegraba tanto verla feliz aunque no sea a mi lado ya que ella vive en Quito.

Siempre estaba dispuesta a escucharme y darme consejos, al igual que yo a ella. Deseaba tanto que me diera un abrazo.

Realmente Diana es la amistad más sincera y pura que tengo. Ella es como mi alma gemela, es esa pieza esencial en mi vida que siempre eh estado buscando.

Y que al final encontré, por primera vez en el jardín de niños.