Capítulo 17: No me juzgues si no sabes toda la historia

183 29 1
                                    

Andreas de mierda... ¡Todo había sido culpa suya! Tal vez no haya sido de su boca de donde salieran las palabras "Soy un Unantastbar"(1), ¡Pero de todas formas ¡Fue él quien me incitó a decirlas! En tanto pueda volver a Schricke me iba a escuchar y se iba a arrepentir de haber hecho que Bill no quiera saber nada de mí... Se iba a arrepentir de interponerse entre nosotros el resto de su puta vida.

—¿A dónde se supone que estamos yendo...?

—Calla, Fabian. —Respondí de mala gana.

—¿Sabes? Bill se fue para el otro lado, no sé porqué estamos yendo en esta dirección.

—Dije que te callaras. —Repetí.

—Mira, sé que eres hijo de Jörg y que probablemente me asesinará por meterme contigo, pero tu actitud me llega a los huevos, ¡Ya es bastante jodido tener que seguirte a donde quiera que te haya dado la puta gana de ir, como para encima tener que soportar tu mal humor! —Se dio la vuelta y empezó a caminar en dirección opuesta.

Si la situación hubiera sido otra, no me habría importado. Es más, lo habría mandado a la mierda por hablarme así, pero en este momento no podía. No quería estar solo. Sentía que una parte importante de mí se había alejado y necesitaba llenar ese vacío de alguna forma. Además, las ideas intrusas estaban volviendo a mi cabeza y no quisiera saber qué sería capaz de hacer si estuviera solo. Si Fabian estaba conmigo, al menos podría detenerme en caso de que quisiera hacer algo estúpido.

—Por acá queda su casa. —Dije por fin. Fabian se detuvo y volteó.

—¿Qué? —Preguntó confundido.

—Bill... Su casa es por acá.

Respiró hondo y se me acercó. Nos quedamos mirándonos por unos segundos, tratando de descifrar lo que el otro estaba pensando. —Vale... Vayamos entonces. —Asentí sin decir nada y seguimos caminando.

La escena de lo que sucedió no paraba de dar vueltas en mi cabeza una y otra vez.

—Bill...

—No te acerques.

—Déjame explicarte...

—No. Solo aléjate de mí.

—No puedes pedirme eso...

—¡Que te alejes!

—¡Bill, por favor! ... ¡¡¡BILL!!!

Apreté los puños y cerré los ojos con fuerza, tratando de borrar ese horrible momento de mi mente, ya no lo soportaba más.

—Eh, tranquilo... Ya se le pasará.

—No... No, esta vez es diferente. Esta vez en serio la jodí...

—La has jodido otras veces y todo siempre sale bien al final. —En eso tenía razón, no era la primera vez que cometía una estupidez o hablaba de más. Por alguna razón, y nunca lo admitiría frente a algún Unantastbar, era bastante torpe al momento de hablar. Siempre encontraba la manera de decir algo que no debía en el momento menos indicado. Claro que la mayoría del tiempo no me importaba lo que los demás pensaran, pero con Bill era diferente. Me importaba lo que pensara de mí... Y mucho. —Además, es un niño rico. Lo único que les importa es la ropa de marca, quien tiene una casa más grande o cosas así. Seguro le pedirá a su mamá que le compre algo y lo superará.

—No lo entiendes, él... es... diferente. No se le va pasar así como así.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Lo conozco. —Se rió. Yo lo miré molesto, no le veía la gracia.

—Claro... Porque en una semana uno puede conocer taaaanto a una persona... —Cierto, olvidé ese pequeño detalle. Sabía que nuestro caso era diferente, que tanto él como yo sentíamos que nos conocíamos de antes, pero no podía decirle eso. Era algo entre Bill y yo, nadie más tenía por qué saberlo.

Mi alma gemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora