Capítulo 14: De vuelta a la realidad

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—Bill... —Susurró Tom.

—¿Hum?

—¿Ya...?

—No, aún no... —Dije sin muchas ganas.

—¿Cuánto tiempo ha pasado?

—¿Desde la última vez que preguntaste? —Asintió. —Exactamente... —Revisé mi reloj. —Minuto y medio. —Solo habían pasado dos horas de clase y no podríamos estar más aburridos. Ya era bastante malo estar en clase tan cansado después de la noche que pasamos, como para que Tom lo empeore preguntándome cuánto faltaba para que termine la clase cada dos segundos.

—Bill... —Decidí ignorarlo. Si me pregunta la hora una vez más juro que exploto. —¿Bill...?  —No haré caso, no haré caso. Seguro se cansará y dejará de hablarme. —Oye Bill... —Respira hondo, inhala, exhala. —Bill... —Me empezó a golpear con el codo. —Bill... —No aguanté más, me levanté de la mesa frustrado y molesto.

—¡Tom, ya! ¡Entiende que aún falta para que acabe la maldita clase así que cierra la boca! –De repente, como un típico episodio de la serie mexicana, Chavo del ocho, todos los de la clase, incluyendo al profesor, se quedaron callados y solo se escuchó mi voz. Todos se me quedaron mirando. El profesor estaba cruzado de brazos con expresión de pocos amigos. En silencio, se me acercó y me dio una nota. "Detención". ¡Tiene que ser broma! ¿Otra vez?

—Pero... ¿Por qué...?

—Por idiota. —Dijo Tom con mirada malévola. ¡Encima se atrevía a echármelo en cara! ¡Si esto era culpa suya! El profesor lo miró molesto por la "mala palabra" que acababa de decir. Abrió la boca para decir algo, pero Tom se le adelantó. —Sí, sí, ya sé. Solo dame la puta nota... —Le alcanzó una nota de "Detención" igual a la mía. Sonó el timbre que indicaba el final de la clase. Todos se levantaron, tomaron sus cosas y poco a poco se fueron retirando del salón. Tom, como era costumbre desde el primer día que vino, no llevaba mochila, así que simplemente se levantó, me miró de reojo y se dirigió a la puerta.

—¡Gracias, eh! ¡Esto es culpa tuya!

—Vaya... -Se dio la vuelta para mirarle. —Ahora si estás perdido, yo no fui el que se supo a gritar como un loco "Aún falta para que termine la maldita clase" —Dijo haciendo una mala imitación de mí, usando una voz aguda y exagerada.

—¡Tú me provocaste! ¡Y yo no hablo así! —Me crucé de brazos molesto.

—¿En serio? Así suenas cada vez que finjo escucharte. —Auch. Se dio la vuelta.

—Aguarda, ¿Te pasa algo? —¿Era idea mía o estaba molesto?

—¿No que me leías la mente?

—No te burles, tú dijiste lo mismo.

—¿Sabes qué? Por mí te puedes ir a la mierda, ya me cansé de tener que cargar contigo. —Se fue.

Me quedé en blanco, ¿Qué le pasaba? Traté de recordar y analizar todo lo que había pasado en el día para ver si había hecho o dicho algo que pudiera molestarlo. Hmm... En la mañana, yo me levanté como de costumbre, levantar a Tom fue más difícil de lo que creí, me tomó media hora lograr hacerlo, ya que se rehusaba a salir de la cama. En el S-Bahn(1) camino al colegio hablamos más que nada de música, del tipo de música que nos gustaba escuchar y sorprendentemente coincidimos en varios artistas, menos en los raperos, los cuales no me gustaban mucho, pero a Tom le encantaban. También hablamos de qué clase de música nos gustaba componer y de que tal vez podríamos componer algo juntos. Esa idea me encantaba.

Después de eso... No había pasado nada más. Ambos habíamos superado la ridícula teoría de que podíamos ser gemelos. Qué tontería. Hmm... ¿Qué más? Estoy bastante seguro de que si no fuera por el hecho de que le toqué la zona de la espalda donde tenía una enorme herida, habríamos terminado teniendo relaciones, pero fuera de eso no pasó nada. Un momento... ¿¿¿Qué??? ¡Me había olvidado por completo de eso! Debe haberse acordado y molestado, porque fui yo quien empezó después de todo. Soy un idiota.

Mi alma gemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora