lo siento

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  Todo estaba perfectamente planeado

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  Todo estaba perfectamente planeado. Las flores. Los chocolates. El mensaje. La mesa. La comida en su punto. El discurso estudiado una y otra vez.

El chico solo tenía que llegar y hacer lo suyo. Y la chica inesperadamente decir , sonreír alegre, abrazarlo y besarlo sorprendida. Todo estaba perfectamente planeado.

Al ella llegar al lugar (sorprendida)
Ya que había recibido un mensaje de su mejor amiga diciendo que se encontrarían en aquel lugar. Ella sin dudar fue, sin creerse lo que ahora estaría viendo.

Margaritas; las flores que odiaba.
Rojo; el color que más le desagradaba.
Chocolate blanco; lo detestaba.

Por si fuera poco, el lugar era un parque. Odiaba los parques, ya que tenían mucho lodo y justo en ese momento, llevaba zapatos altos con aguja.

Que mal

Se preguntó quién era el causante de tan mala broma, para solo darle un buen golpe en el rostro... descartó a su amiga, ya que ella más que nadie la conocía muy bien.

De pronto, y como si sus preguntas hubieran sido respondidas milagrosamente; salió un muchacho de una esquina, caminando nerviosamente pero decidido hacia el centro del lugar donde se encontraba la mesa... con un adorno de margaritas.

Reconoció ese cabello desordenado inmediatamente, al mismo tiempo que quedaba sorprendida y confundida.

¿Qué?

-Hola, Sara, ¿cómo estás?-- sonrió nervioso, y pasó una mano por su cabello. Ella solo estudió su figura; llevaba unos pantalones jeans de un color bonito, y una camisa muy elegante con mangas largas. Apuesto, pero seguía confundida.

--Muy bien. ¿Y tú ? ¿Qué es todo esto?

--Oh, vamos, siéntate, por favor.--hizo un gesto muy caballeroso: brindarle el asiento para que ella se sentara.
Sara, indecisa, decidió sentarse, y apartó el confetti que estaba sobre la mesa. Disimuladamente.

--Te he invitado aquí porque... bueno. ¿Que tal si comemos?- tartamudeó y llamó a un joven del otro lado. El cual llegó al instante con una bandeja con tapa. Al destaparla, a Sara se le revolvió el estómago... definitivamente no comería eso:
Camarones con macarrones, que asco. Sobre todo eso, era alérgica a los  camarones, genial.--¿delicioso no?

Solo sonrió por cortesía.

Después de terminar de comer... (medio plato lo tiró al suelo) y después de tomar mucha, mucha, mucha, (mucha) agua. Se reincorporó y preguntó.

-Alex, dime ¿qué hacemos aquí?

Él con un movimiento de manos, llamó a otras personas, las cuales traían un cartel cubierto en rojo.

Al mostrarlo decía en grande y con letras rojas y blancas:

"¿QUIERES SER MI NOVIA?"

Ella se ruborizó y no supo que hacer. Todos esperaban su respuesta, ansiosos de que fuera un SÍ.
Internamente negó. No puede ser, él y yo... no... no puede ser. Lo siento mucho, Alex...

-No.

Se avergonzó por todo lo que el chico había hecho... todo por nada. Aunque hubiese fallado en las flores y en los chocolates, también en los camarones. Le dió gran importancia a la intención.
-Lo siento, Alex, yo no...

--Entiendo-- su semblante decayó notablemente, junto a él, las demás personas. Ahí fue cuando se percató que su amiga se encontraba ahí.
Se acercó a él, para estar más cercanos, ya la multitud se alejaba para dejarles privacidad.

--Solo te veo como un amigo, Alex, lo siento.

Una lágrima silenciosa cayó por mejilla de Alex.

Su primer amor, su primer corazón roto.

pobre de ti [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora