pobre de ti [COMPLETA]

fuego y hielo

Él es como fuego frío, quema todo lo que toca. Arrasa por donde camina, llevándose todo a su paso.
Ella es como hielo caliente, débil y siempre valiendo de los demás. Arrastrándose por la espalda de quien pueda.

Casualidad de la vida, estos dos se encontraron. Un desastre.

Esta chica se enamoró perdidamente de él. Un error. Él no sentía nada por ella, sólo un sentimiento de protección fraternal, tal vez de amigos. Ya que en eso se convirtieron: Amigos. Su relación de amistad era de ocho años, ocho largos años. Ella a los diez años se encontró con él ya que iban a la misma escuela. Pero no fue ahí cuando sus sentimientos florecieron, sino tres años después. Ya él tenía catorce años, era todo un adolescente apuesto; ella una chica de trece, se consideraba normal ante sus ojos; cabello castaño, mediana estatura, ojos cafés.

Él la cuidaba como su pequeña hermanita, ella siempre trataba de estar ahí, a lado de él. Con sus amigos, amigas y compañeros. Dos años después, él comenzó a alejarse, para ir a fiestas, emborracharse, conocer chicas y vivir la vida. Cosa que ella no hizo, o tal vez, su perspectiva de vivir la vida era diferente.

Se sintió muy sola en esos tiempos. Trató de asistir a las fiestas con él y sus amigos, pero no pudo, su actitud y conciencia no la dejaban; era una chica tranquila.
Al contrario de él. Cuando Matthew tenía diecisiete años, siempre iba a la casa de la chica golpeado, lastimado y sangrando. Ya sea con un ojo hinchado, o los dos, o la nariz torcida, la mandíbula rota, los labios sangrando, lo que sea. Se había convertido en un chico de problemas.
A ella solo le tocaba sanarlo y cuidarlo mientras estuviese en su casa, sentía una gran necesidad de ayudarlo.
También sentía lástima y curiosidad por el chico, siempre que le preguntaba porque llegaba así a su casa, justamente su casa, él solo cerraba los ojos y negaba, pocas veces le tocaba verlo llorar silenciosamente y consolarlo. Se le quebraba el corazón al ver sus cristalinas lágrimas.

Cada vez se enamoraba más y más. Sorprendentemente nunca había tenido un novio, en cambio él sí había tenido parejas, no solo una, sino varias y algunas sin compromiso, solo de una noche. Eso ella lo sabía a la perfección ya que él mismo se lo contaba, al fin y al cabo, ella era su mejor amiga, su confidente, su estrella fugaz.

Y muy fugaz que fue, la pequeña Mia creció y él ni se había dado cuenta que ya habían pasado cinco años desde que Mia ya no era una inmadura adolescente de trece años. Matthew se sorprendía ante la belleza de la chica y milagrosamente se sonrojaba cuando ella se encontraba muy cerca suyo. Era muy cómico de ver.

Matthew comenzó a sentir muchas, muchas "cosas" por Mia. Pero ya era tarde, y eso Matt no lo sabía. No sabía que Mia había estado enamorada de él desde los trece años, que esa chica sufría día y noche por como se encontraba él. Que esa chica moría de celos cuando lo veía escaparse de clases con otra chica, que esa chica se desvelaba esperándolo por las noches a que él llegara lastimado para ella poder curarlo y así tenerlo entre sus brazos un momento. Esa chica que escribía poemas a la nada y para nadie y que solo los guardaba en un libro. Esa chica que sonreía cada vez que Matthew le decía Hola! Por mensajes, y que le encantaba cuando se quedaban hasta tarde hablando de temas desde música, libros, estrellas hasta cosas sin sentido. Simplemente lo amaba. A Matthew aunque le cueste aceptarlo... También le encantaba.

Mia tenía su primer novio. Y se veía muy feliz con él, era todo lo que Matthew nunca había sido. Él se sentía un poco bien al ver a su mejor amiga siendo feliz con otro... pero se sentía muy mal al ver que ese otro no era él.
Pero Mia nunca podrá olvidar su primer amor, su alocado amor; Matthew.

Para Matthew le quedó algo: Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

💎💎💎

Oh,
you cried again,
I'm so sorry

21/10/17