pobre de ti [COMPLETA]

oh, mi Thomas

Ahora que estamos juntos
Me encerraré en tu amor

Ahora que te tengo en mi espacio
No te dejaré ir

El pequeño menino rozaba su cola entre mis pies; su pelaje me hacía cosquillas. Ese gato está como enamorado de mí.

Si tan sólo él también lo estuviera. No pensaré en eso más. Despeja la mente, despeja la mente.

Me fui a dormir. Me sentía muy cansada. Había sido un largo día.
¿Se preguntan de qué? De hacer nada. A veces me canso de dormir y me da más sueño. Me canso de tener pereza y me causa más pereza. Genial.

Cuando me desperté, la casa se encontraba en silencio... mis padres estaban trabajando. Revisé el reloj de la pared: 3:34 p.m. Es temprano todavía. Decidí encender la televisión, al menos pasaría el tiempo con Sheldon.
Estiré mi mano hacia el piso, para que el pequeño Thomas se rozara en ella. Pero esperé y esperé, pero nunca apareció... que raro.

Comencé a llamarlo y a hacer sonidos de maullidos, eso siempre funcionaba.
De pronto como si fuese una señal, vi la puerta delantera abierta.

Oh rayos, se me olvidó cerrarla cuando me fui a dormir.

Me asusté y corrí por mis zapatos y llaves, y salí rápidamente de la casa buscando a mi Thomas.

4:38 p.m

Nada de Thomas. Estaba llorando desesperadamente, ¿qué le diría a mis padres? Especialmente a mi madre, que amaba ese gato igual que yo.

5:02 p.m

Empezaba a anochecer, el cielo se volvía de un naranja oscuro, muy lindo; me detendría a admirarlo, pero con lo nerviosa que estaba no podía. Ay, mi Thomas

meow, meow

Un gato. Thomas. Corrí entre las casas que estaban cerca. Oh, no, ahí no por favor.
Thomas se encontraba en la casa de mi acosador Sí, ese chico tiene una fantasía conmigo; no puedo caminar por aquí porque quiere coquetear conmigo, o silbarme, y eso que tiene cuatro años más que yo. Pero no se cansa. Hasta pasa por mi casa (sabe donde vivo, porque me siguió)
Y saluda a mi madre, le dice: "Vecina, ¿como está? ¿y su hija?"

Me resignaba a dejar al pequeño Thomas allí. Pero se había ganado un gran espacio en mi corazón, cosa que muchas personas no pueden. Así que me armé de valor y lo fui a buscar.

--Hola, eh... em, este, disculpa, ese gato es mío. Lo estoy buscando desde hace tiempo y agra...

--¿En serio? Wow- me interrumpió mientras acariciaba a MI THOMAS.

--Sí. Y agra...

--¿Y como estás? Creo que es la primera vez que te acercas a hablarme- me empezaba a desesperar, se hacía tarde y no tenía a mi gatito en mis manos.

--Estoy bien, gracias. Necesito a mi..

--Wow, eres más linda de cerca- cambió al animalito hacia su brazo izquierdo.

--Escucha. NECESITO A MI GATO. AGRADECERÍA SI ME LO DAS. ¿LO VES? ¡ES MÍO!- estallé.

--¿Y que ganaría yo a cambio?- oh, no, temía esa pregunta.

--La satisfacción de hacer el bien por hoy- torcí la boca en un intento de sonrisa, pero no le podía sonreír a él.

--No quiero eso. Quiero algo más...

--Ja, ni lo pienses. Devuélveme a mi gato.

--¿O sino qué? -me retó. Diablos, éste chico es imposible. Puedo ver la maldad en sus ojos, y el placer que le causa molestarme.

--Te meterás en problemas- él ni se inmutó. Solo siguió acariciando la cabeza de Thomas. Lentamente. Para torturarme.

--¿Ah, sí? Creo que ya estoy en problemas, linda.
-En un rápido movimiento torció la pequeña cabeza de mi mascota. Escuché como crujían sus huesitos. Lentamente. El grito del animalito resonó por toda la calle. Su cabecita guindaba del brazo izquierdo de ese asqueroso ser.

Así como sus huesos crujieron; mi corazón también lo hizo.

Mi Thomas.

Está muerto.

Por él.

Nunca lograré olvidar el desgarrador maullido que soltó antes que muriera. Lo siento fresco en mi memoria.

Quedé cegada por unos diez minutos. Cuando volví a mi misma; tenía a ese asesino entre mis manos, mientras yo le pegaba lo más fuerte que podía. Me detuve cuando vi como su nariz sangraba.
Enojada soy otra persona, no puedo controlarme. Ahora: Rota y enojada, ni lo pienses.

Tomé al pequeño Thomas en mis brazos, sobé todo su pelaje, y admiré sus ojitos cerrados. Tan hermoso, mi querido compañero. Lamento mucho que hayas terminado así. Ni las personas merecen una muerte tan fea.

Mi querido Thomas, que me acompañabas en mis noches de soledad. En las noches donde lloraba en mi almohada y tu sólo te montabas en mi cama a mirar las lágrimas y después las lamías hasta hacerme cosquillas. Ahora sé que me consolabas, o eso sentía yo. Las veces en las que tenía el corazón roto y me quedaba viendo a la nada. También te veía cuando te quedabas viendo a la misma nada que yo. Cuando paseaba por la casa aburrida, sin nada que hacer y tu pasabas tu cabeza entre mis piernas y terminabas con tu cola. Los momentos cuando te contaba secretos que no podía decirle a nadie más, y te decía que me sentía muy estúpida por hablar contigo, con alguien que no podía entenderme ni hablarme; pero aún así seguía.

Oh, mi Thomas

Yo fui la culpable de todo esto, si tan solo fuese más atenta y menos perezosa, y me hubiese acordado de cerrar la puerta: no te hubiese ocurrido esto. Lo siento, amigo.

Les dije a mis padres lo que había sucedido. Ellos se encargaron de todos los procesos y tomarán cargos contra él. Por maltrato animal.

Thomas, tu muerte no fue en vano.

Eres mi amigo fiel.