17.

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Hoy es uno de esos días donde sientes que no va a ser especial al principio.

Es mi cumpleaños, y es el primero sin ti... No creas que te extraño, porque no lo hago.

Simplemente se me ha hecho costumbre pensar como si estuviera hablándote.

Shawn ya se el sexo de la persona que espero, es lo que siempre quisiste... Y ganaste.

He despertado temprano hoy.

¿La razón? Mi cumpleaños, desde pequeña siempre me ha emocionado la idea de muchos globos y un pastel con velas para mí.

Si, ya han pasado dos meses, de total paz.

Bajo las escaleras, aún en pijama... Pero no encuentro nada, no hay globos, no hay pastel y tampoco hay personas en la casa.

Busco a Camy y a Sean, incluso hasta a Cassedy, no están por ningún lugar, y mucho menos Zack.

Muerdo mi labio inferior decepcionada.

Estaba olvidando que ya nada es lo mismo. Que ya no iba a recibir una serenata mañanera, ni poesías profundas.

No es que extrañe a la persona que lo hacía, sino el gesto, que aunque fuera falso me gustaba.

Vuelvo a la cama e intento dormir, pero me es imposible por que alguien ha estado moviéndose.

Abro los ojos con dificultad, acostumbrándome a la luz.
Mientras que en mis labios se posa una sonrisa.

No lo olvidaron.
No lo hicieron porque justo están frente a mi, con globos y mi pastel de cumpleaños.

— Pensé que... —

— Con lo importante que es para ti no íbamos a olvidarlo cariño — me corta Zack.

— Desperté temprano y ustedes no estaban... Me hicieron sentir pésimo — les digo riendo.

— ¿Ya sabes que es? — pregunta Sean.

Niego.

— No podía hacerlo sola —

Salgo completamente de la cama y busco el sobre que me ha dado la doctora días atrás.

Camy es la primera reaccionar, soltando un grito.

— Estamos casados, por fin — dice soltando un suspiro.

Me quedó mirándolo, porque se le ve muy feliz, y me gusta.

Increíble... — murmuro.

Empieza a sacar sus zapatos mientras tararea una de sus canciones.

Lo habíamos logrado.
Nos habíamos casado.

— ¿Sabes? Quiero que nuestro primer hijo sea varón —

Enarque una ceja divertida.

— Una hembra, Shawn, eso quiero... —

Podemos tenerlos ambos, pero el varón primero —

Escuché su risa con detenimiento. A parte de ser una pareja éramos buenos amigos.

Seque las lágrimas que se me habían escapado.
Él había ganado, nuestro primer hijo sería varón.

— Haz roto la cadena de hembras, mamá solo tiene nietas — dice sonriendo.

— Sean y yo tendremos a alguien para enseñarle baseball, por fin —

— Y fútbol — añade mi cuñado.

La noche va cayendo, y la he pasado de maravillas. No necesito de una gran fiesta para estar feliz, solo a personas queridas y un buen momento.

Sean llega a mi lado con el pastel en las manos y las velas encendidas.

Mientras que Camy, Zack, y los demás familiares que han tomado un vuelo solo por mi cantan cumpleaños feliz.

Intento controlar mis emociones y no llorar, pero eso no es por mucho.

— Pide un deseo Bella bell — dice Sean.

Y me hace viajar al pasado estando en el presente. Cuando nos conocimos para pasar la prueba lo puse a ver Tinker Bell más de seis veces.

Para mi sorpresa, terminó aprendiéndose hasta los diálogos.

Allí fue cuando supe que era el indicado para ocupar el puesto de cuñado, y esposo de Camy.

Pienso mi deseo antes de soplar las velas.

Que la felicidad dure mucho.

Y con fuerza soplo para que las llamas se apaguen.
Abrazo a la primera persona que tengo cerca, en este caso Sean, y lloro.

Lloro por las cosas que han cambiado, lloro por las persona que estuvieron el año anterior y me fallaron, lloro porque ahora sí estoy rodeada de cosas buenas... No de falsedad.

SHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora