Capitulo 6
A la mañana siguiente decidí bajar al pueblo, ya que es mi día libre, decidí bajar para conocer un poco más el pueblo.
También quería buscar a Jim e indagar un poco más sobre Hiccup Haddock. La advertencia de su nota me había dejado muy desconcertada ¿Tan grave había sido mi delito? ¿Pretendía castigarme por haberme comido una estúpida chocolatina de cortesía para huéspedes?
En cualquier caso, el cochero parecía la única persona dispuesta a hablar de el sin tapujos. Las primeras casas del pueblo aparecieron a mi horizonte y pude notar varias cafeterías pero cerradas para mi mala suerte luego note un vintage así que decidí entrar y preguntar. Al entrar todos me quedaron viendo, pero no me importo, le pregunte a un viejo.
-Me llamo Norte –me dijo el viejo.
-Elsa.
Apretó mi mano con tanta fuerza que tuve que frotármela cuando la soltó.
-¿Sabe usted donde vive Jim? –pinche un trozo de queso que había en la mesa.
- ¿A quién has dicho que buscabas?
-A Jim, el cochero de Silence Hill.
-No conozco a nadie en esta isla con ese nombre.... ¿Cómo es?
-Lleva gafas. Es alto, delgado...
-¿El escoces?
Asentí al recordar su acento
-Apenas se lo ve por el pueblo. No es muy hablador que digamos... solo sé que está escribiendo un novela. Aunque con esa forma de hablar tan cerrada, tampoco es que se le entienda.
Al decir eso el viejo saco un mapa que tenía guardado.
-Aquí es donde vive el novelista- dijo señalando el punto-. Alquilo la vieja casa del acantilado. Todavía no entiendo cómo sigue en pie.
Estuve a punto de decirle que apenas conocía a Jim, pero, tras darle las gracias y pagar lo que había consumido, me dirigí a la salida para continuar mi aventura por la isla.
El aire helado oxigenó mis pulmones. Las nubes habían tomado posesión del cielo, me sorprendió que el tiempo hubiera cambiado tanto en apenas unos minutos. El viento otoñal había desvestido los árboles, aunque unas pequeñas gotas habían empezado a mojarme mientras me dirigía a a cima, no me di cuenta cuando de que llovía con más fuerza hasta llegar a la casa junto al acantilado.
Había una luz encendida en la ventana más alta. Corrí y llame con los nudillos.
Nadie respondió
Tras unos segundos volví a insistir y sin éxito.
Me cale la capucha y me separe dos metros para poder mirar de nuevo hacia arriba.
Después de un instante pude ver la silueta de un joven con gafas sentado con un libro en la mano. Era Jim, supuse que no me escucho por estar centrado tanto en la lectura, así que grite su nombre con todas mis fuerzas hasta quedarme sin aliento.
¿Cómo era posible que no me oyera?
Antes de irme, volví a intentarlo.
Mientras bajaba por el sendero hacia el pueblo, quise entender como alguien que había sido tan amable conmigo el día anterior se negaba a abrirme la puerta.
¿Sería que aquel islote volvía huraña a la gente?
Continuara.
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Detrás de tu mascara ★Hiccelsa★
FanfictionUn solo castigo por parte del dueño de donde trabajas puede cambiar tu vida por completo.