Chimuelo

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Capitulo 9

El despertador sonó a las cinco de la mañana. La señora Elinor no me esperaba hasta en una hora, pero calcule que necesitaría la mitad del tiempo para peinarme. Necesitaba una ducha, así que me dirigí al armario en busca de unas toallas. El suelo de madera crujió con cada uno de mis pasos. Salí al pasillo y el ruido de mis propias pisada me hizo sentir incomoda.

El baño era muy bonito, y lo podría considerarlo como mi baño personal. Al salir de la ducha me enrolle una toalla en la cabeza y otra a la altura del pecho. Trate de peinarme pero el cepillo se quedaba atascado así de decidí terminar la tarea en mi habitación.

Iba maldiciendo por el pasillo cuando, de repente, vi una bola de pelo negro deslizarse al interior de mi cuarto. Un suave maullido delato el interior antes de que yo llegara. El minino procedió a explorar muy despacio la habitación.

-mishi, mishi... -susurre.

Al oír mi voz se acercó y restregó su cuerpo contra mis piernas desnudas haciéndome cosquillas.

No opuse resistencia cuando lo tome entre mis brazos y acaricie su pelaje. Era tan suave y sedoso que me dieron unas ganas de abrazarlo como a un peluche.

-"chimuelo" –leí la placa que llevaba en el cuello-.así que ese es tu nombre gatito.

El gatito salto a la cama y se puso a olisquear mi uniforme, quise apartarlo y el pobre se espantó haciendo que saliera corriendo de la habitación fue ahí que me di cuenta que llevaba algo blanco en el hocico... era mi cofia, así que decidí seguirlo. Al salir ya no me importo hacer ruido tenía que conseguir mi cofia.

Vi que el gato de dirigía al ala oeste, cuando recordé la advertencia de la señora Elinor.

"El señor Haddock es muy celoso de su intimidad, y cualquier intromisión en su área privada será penalizada son dureza"

Una puerta de cristal me freno en seco.

A través de ella pude ver a chimuelo jugando con las cintas de la cofia. Cruce el umbral con la esperanza de darle caza, pero al verme se echó a correr de nuevo.

De pronto el decorado cambio ante mis ojos. Las paredes eran luminosos. La madera del suelo era cálido y brillante. Consciente de la infracción que cometía al pisar aquel lugar, avance de puntillas hacia Chimuelo justo al ver como desapareció en una esquina.

Había una puerta entreabierta y solo el gato podría pasar por ahí, así que avance con el mayor sigilo posible.

Escuche un maullido dulce de Chimuelo.

Tome aire y empuje la puerta con delicadeza. Los primeros rayos entraban por la habitación alumbrándola. Desde el umbral observe a un hombre joven tumbado sobre un diván acolchado. Estaba de espaldas y tenía una almohada sobre la cabeza.

Era Hiccup Haddock.

Estaba dormido.

Y desnudo.

El sentido común me decía que no entrara allí y regresara en seguida al cuarto. Sin embargo me había quedado petrificada. No podía despegar los pies del suelo... Ni la vista de aquel cuerpo largo y musculoso que descansaba.

Admire sus hombros anchos y su amplia espalda que acababa en un trasero perfecto, seguido de unas largas y contorneadas piernas.

Parecía muy alto.

Una manta de pelo negro yacía a los pies de la cama.

Y junto a ella, la cofia.

Me agache al recuperar la cuando el animal tuvo la misma idea. Logre apartarlo de un manotazo pero su maullido provoco que el chico se moviera.


Detrás de tu mascara ★Hiccelsa★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora