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C4: Sueños y Futuro

"¿Y cuándo se van a casar?"

Midoriya escupió la gaseosa y Todoroki se ahogó con una papa frita.

Ambos casi pasaron a mejor vida y solo por la pregunta que se atrevió a hacer Uraraka. ¿Es que habían oído bien?

—¡¿Ca-Casarnos?!

La mayoría de los que estaban presentes se carcajearon por la reacción de ambos.

—Midoriya-chan, tú y Todoroki llevan una muy larga relación —Tsuyu mencionó sin inmutarse.

—Sin mencionar que ya se traían esa aura de flores desde primer año. —Kaminari los acusó con el dedo.

—Y hombre, debimos soportar todo eso hasta que al fin se dieron cuenta que era mutuo.

— ¡Kirishima tiene razón! ¡Fue estresante! —Ashido saltó arriba de la mesa como entrada triunfal—. ¡Y lo peor! ¡Se declararon precisamente el día al que yo no aposté!

— ¡¿Apostaban?! —Midoriya balbuceó.

— ¡¿Cómo no maldito inútil?! ¡Y no te quejes! ¡Que ni para darme dinero serviste!

—Bakugou-chan sigue enfadado porque le apostó al día siguiente. Fue el más cercano, gero.

—¡Cállate!

—¡Pero hey, no se desvíen del tema! ¡Ochako-chan tiene toda la razón!

—¡A que sí, Mina-chan!

—¡¿Eh?!

Midoriya vio como en esa parrillada de ex−alumnos en la casa de Iida empezaba a reinar el caos y todo por la famosa boda, que ninguno de los dos pensó, pero que al parecer sus amigos sí, puesto que los muy desgraciados hasta hicieron una lista de ideas  de todo lo que la Boda del Año debería tener.

—¡Espera, espera! ¿Se pueden casar en la Iglesia?

—Kaminari-san, siempre se puede pagar por ello —reveló Momo con los brazos cruzados—. Solo se debe sobornar adecuadamente.

— ¡Entonces en una Iglesia! —exclamó la ropa flotante.

—Sería la boda del nuevo Símbolo de la Paz y del Segundo Héroe, eso sí que sería una bomba —Sero expresó una explosión con sus manos—. Peor que las de Bakugou.

—¡Te escuché, mierda!

—¡Hey Blasty, casémonos!

—¡¿Qué estupidez dices, Kirishima?!

—¡Nos vamos a quedar atrás de ellos dos de nuevo!

Bakugou le lanzó una lata de cerveza vacía a Kirishima y le gritó un glosario de insultos que ni siquiera las risas pudieron opacar por completo.

—Algún día. —Kirishima fingió limpiarse una lágrima.

—Cuando te dejen meter un demonio a una Iglesia. —Rió Sero—. Mucha suerte con eso, roquita.

—¡Te volví a escuchar, bastardo! —Bakugou alegó—. ¡Atrévete a decir algo más y te juro que voy para allá!

Todos guardaron silencio ante la amenaza al menos hasta que, para la mala suerte de Midoriya, alguien volvió a interrumpir.

—¡Boda TodoDeku! —exclamó Tooru.

Midoriya se sostuvo la cabeza, se sentía mareado y abrumado. ¿Por qué sus amigos eran así? Desde la academia eran reconocidos como una clase particularmente extraña, todos juntos eran un desastre andante y ahora que eran adultos, eran un desastre mayor.