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C21: Resfriado

Se miraron mutuamente en una lucha silenciosa e incómoda. Quien apartara la mirada perdería, o eso parecía ser todo el asunto.

Shoto intentó levantarse de la cama, pero Izuku le tomó por los hombros para lanzarlo de vuelta entre los almohadones. Los ojos bicolores de su novio le vieron con algo parecido al fastidio, pero Izuku podía ver claro cansancio en su perfilado rostro y eso era lo único que le importaba. Sabía que su Shoto estaba enfermo y no pensaba dejarlo salir a trabajar en ese estado.

Izuku mantuvo una mano contra el pecho de Shoto, evitando que se levantara y sintiendo las temperaturas exageradas en su piel, un frío exagerado y un calor arrebatador mal proporcionados, y aun así, Shoto se negaba a quedarse recostado.

—Izuku, en serio no es nada, no deberías preocuparte —Shoto afirmó, aunque su voz se oía cansada.

Izuku frunció el entrecejo, alejando el termómetro de las manos de Shoto.

—No evitarás que vea el termómetro —le reclamó, viendo el pequeño aparato y ahogando una exclamación al ver el par de números—. No, definitivamente te quedas.

Shoto negó.

—Debe ser por mi quirk, es normal.

—¿Estás intentando engañarme? ¡Tú y todos siempre me obligan a quedarme en casa cuando estoy resfriado o tengo una leve fractura! ¡Es tu turno ahora!

—Romperte un hueso no es una leve fractura.

Izuku bufó, optando por una postura orgullosa y cruzando los brazos por sobre su pecho.

—Me pasé una buena parte del primer año rompiéndome los huesos, estoy acostumbrado. —Izuku observó a Shoto y despejó el cabello de su rostro—. Iré por tu medicina, ¿bien?

—Bien.

Izuku sonrió y se confió, pero él sabía mejor que nadie de la vena rebelde en Shoto, lástima que la recordó demasiado tarde, pues cuando había vuelto con un vaso de agua y la medicina, Shoto ya tenía puesto su traje de héroe.

—¿Qué estás haciendo?

Todoroki subió sus hombros, quitándole importancia.

—¿Voy a trabajar?

Izuku frunció el ceño y tomó ambas manos de Shoto, posándolas sobre sus pecosas mejillas para tomar su temperatura. Le miró de forma inquisitiva y fija, preocupado.

—Tienes las manos frías.

—Es por mi quirk.

—¿Cómo explicas que tu izquierda también esté fría?

Shoto pensó un poco.

—¿La evolución?

Izuku se empezó a preguntar si la fiebre era demasiado fuerte o hacer equipo con Kaminari durante las últimas semanas le estaba afectando. Suspirando, empujó la pequeña pastilla contra los delgados labios de Shoto y le entregó el vaso de agua, consciente que no podía detenerlo.

Aunque la última vez que él se enfermó, Shoto básicamente lo confiscó en la habitación.

Era injusto.

—Si te sientes mal, vuelve —dictaminó de la manera más sería que pudo.

Y Shoto solo pudo pensar en que se veía adorable.

Excelente dúo.