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C23: Lluvia y Cicatriz

Aclaración: Continuación de "Resfriado"

La lluvia empezó caer de forma tímida cuando el atardecer llegó. Era una llovizna débil y tierna, sin embargo, al caer la noche comenzó a tomar una fuerza torrencial que amenazaba con mojar de pies a cabeza a quien quisiera salir de casa.

Shoto despertó producto al natural sonido de las gotas estampándose contra el cristal de la ventana. Sus ojos se abrieron perezosamente para ver el pequeño reloj de All Might sobre el velador, según sus cuentas, ya llevaba al menos cinco horas durmiendo producto de su resfriado y los medicamentos que Izuku le obligó a tomar.

Hizo una mueca sin saber si se encontraba completamente recuperado, aun se sentía abrumado por la fiebre y su cuerpo se sentía pesado, como si hubiese estado sometido a un entrenamiento espartano.

Se sentó en silencio contemplando la habitación oscura y escuchando las insistentes gotas caer sobre la ciudad. Por un momento recordó su infancia y las noches de lluvia que se las pasaba sin decir palabra o pensar en algo... simplemente oyendo.

La puerta se abrió y la voz que amaba habló despacio.

—¿Estás despierto?

Shoto le miró, pudiendo notar la silueta de Izuku en el umbral de la puerta gracias a que traía una vela entre sus manos. Su chico entró con calma, iluminando de forma tímida la habitación.

Parecía ser una referencia a su vida. Izuku había llegado así a ella, iluminándole.

—¿Qué ocurrió? —Shoto preguntó al recuperar la compostura y dejar de comparar a Izuku con un ángel.

—La luz se ha ido. —Izuku sonrió, dejando la vela en el velador—. Hubo un accidente un par de calles más arriba, un señor muy amable chocó con su camión por culpa de la lluvia, pero estaba bien.

—¿Tu última salvada del día?

—Sí. —Izuku se sentó a su lado y dejó sus manos sobre su rostro, volvió a sonreír—. Tu fiebre ha disminuido, parece que la sopa no resultó ser una "mezcla extraña".

—Parece que sí. —Shoto dejó caer su cabeza sobre el hombro de Izuku, sintiendo sus rizos un poco húmedos producto de la ducha que había tomado—. Te hubieras quedado conmigo.

—No podía, pero me aseguré de llegar más temprano para cuidar de ti. —Izuku abrazó la espalda de Shoto, dando pequeñas caricias—. Creo que fue por irte a dormir con el cabello húmedo, salir a buscarme a las tres de la mañana, darme tu único abrigo y tu sobre esfuerzo en tu trabajo.

La mano de Izuku acarició los cabellos de Shoto como una felicitación.

—Te has esforzado mucho, Shoto.

—Gracias.

—¿Sigues cansado? Tú madre me llamó preocupada y también Fuyumi-san. Creo que mamá se los contó.