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C27: Helado

El gran incendio en la escuela primaria había acontecido hacía solo media hora, fue un trabajo arduo, los bomberos no tenían descanso alguno y los héroes cercanos no tardaron en ayudar en el horrendo incidente. Distintos héroes trabajando junto a los bomberos consiguieron un rescate perfecto sin ninguna víctima de por medio, solo lesiones menores y uno que otro niño desesperado por ver a su madre.

Izuku fue uno de los primeros en llegar al rescate y los demás héroes se fueron uniendo de a poco. No se sorprendió al ver a su novio ayudando también, gracias a su quirk fue de gran ayuda al apagar las llamas y acabar todo más rápido.

Cuando todo se había calmado se tomaron un pequeño momento para ayudar en trabajos de revisión, fue allí cuando algo o más bien alguien llamó su atención.

Todos los niños tenían permitido volver a sus hogares y sus madres, padres o familiares no tardaron absolutamente nada en llegar por ellos.

Pero nadie venía por aquella niña que lloraba silenciosamente en una de las ambulancias.

Izuku no tardó absolutamente nada en acercarse con una sonrisa.

—¡Hola! ¿Cómo te llamas? —consultó amablemente. 

La niña se limpió con fuerza sus lágrimas. Ella le vio con sus grandes ojos lilas, parecía tener una batalla interna entre gritar porque el símbolo de la paz le estaba hablando y llorar por el miedo que había sentido. Al final ella no llegó a nada y solo bajó la cabeza.

Izuku miró a Shoto y él solo se encogió de hombros, no era muy bueno con los niños. Izuku le dio un ligero golpe para que intentara hablar con ella.

—¿Tus padres aún no vienen por ti? —preguntó lo obvio e Izuku le vio sin ninguna expresión, sabía que eso pasaría.

Debían trabajar en la forma de tratar a los niños que Shoto tenía.

La pequeña negó.

—¿Te gustaría que nos quedemos contigo? —Shoto preguntó. Izuku pensó en alzar las manos al cielo y agradecer a todos los santos, su novio había dicho algo bueno.

La niña alzó la cabeza para ver a Shoto, estaba asombrada y no tardó en asentir repetidas veces mientras apretaba los puños en su vestido rosa.

Todoroki sonrió, de alguna forma le recordaba a Izuku.

—¿Estás cansada? ¿Quieres algo para comer? —Izuku sonrió amablemente y ella sacó algo de la mochila que tenía a su lado.

—M-Me dieron esto... —susurró alzando de forma tímida una pequeña caja de leche con chocolate—. P-Pero mis manos son torpes, no dejan de moverse.

Ella estaba temblando, probablemente se había rendido en abrir la caja y prefirió quedarse en silencio. Izuku acarició su cabeza como consuelo.

—Fuiste una niña muy valiente.

A la pequeña le brillaron los ojos.

—¿E-En serio? ¿Lo fui? Tenía miedo y no grité por mamá como los demás niños, p-pero si lloré mucho —habló de más y cubrió su boca al notarlo—. Lo siento.

—Descuida, yo siempre hablo mucho y antes de que me dé cuenta todo el mundo ya me está mirando extraño. —Izuku rascó su cabeza por vergüenza mientras se señalaba a sí mismo.

—¿U-Usted, Deku-san?

Izuku iba a contestar, pero su novio se adelantó.

—Sí, lo hace. Cuando estaba en la academia lo hacía bastante seguido y muchas personas decían que lucía tenebroso.