Es Mío

12. ¿Alex?

Capítulo 12

—Todavía no le encuentro el sentido a ésto— bufé mientras le daba un gran mordisco a mi hamburguesa.

—No hay que encontrarle sentido, Spinelli— mencionó el pelirrojo sentado frente a mí— Sólo es cuestión de disfrutarlo.

—¿Y cómo se supone que yo disfrute la obra, con TJ siendo nuestro guía?

Alex suspiró irritado, —No entiendo porqué le sigues dando importancia a ése bastardo.

Yo levanté una ceja, —¿Bastardo?, la única persona que lo puede insultar así, soy yo, ¿de acuerdo?

—Como digas, pastelito.

Fruncí el ceño, —Deja de llamarme así.

—Oblígame— ordenó el chico con una sonrisa pícara en sus labios.

Ay madre santísima.. ¡deja de hacer eso! Ésa sonrisa que ponía cada vez que me retaba era increíblemente sexy, ¡por Dios! Hacía que me ponga incómoda con tan sólo mirarlo.

Vamos Spinelli, contrólate.

Él es un idiota, recuérdalo.

Alex soltó una pequeña risa, desviándo la mirada.

—¿Qué?— pregunté extrañada.

Él se encogió de hombros, —Nada— sonrió denuevo.

Yisus Craist..

Se levantó estirándose un poco, —Que flojera ir a ensayar.

—Tú siempre tienes flojera.

—¿Disculpa?— preguntó con sarcásmo, —Yo soy siempre muy trabajador.

Me levanté de golpe soltando una carcajada, —Sí claro, y yo soy Blanca Nieves.

—Blanca Nieves tenía más pecho que tú.

—¡Oye!— exclamé golpeándolo suave en el hombro.

Él soltó una carcajada, —Es broma, es broma.

Vaya idiota.

Durante los últimos días, Alex y yo nos habíamos hecho muy cercanos, tal vez demasiado, por así decirlo.

¿Por qué?, pues digamos que al ignorar a TJ, yo permanecía sola.

Estúpida, Spinelli. Éso me pasa por andar hecha la fría.

Entonces, el idiota de Alex comenzó a acompañarme. Durante todo ése tiempo, me di cuenta que teníamos muchas cosas en común, tal vez lo había juzgado mal antes. No me quejo, me agrada mucho que esté conmigo, no es igual que TJ y sus locuras pero.. no es malo cambiar la rutina de vez en cuando.

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— Muy bien, nos separaremos en grupos para terminar la obra más rápido, ¿de acuerdo?— informaba TJ desde el escenario.

Alice se acercó entragándole el nuevo guión al castaño, —Escuchen, las sirenas y niños perdidos vendrán conmigo mientras que los piratas y los protagonistas irán con TJ.

No, porqué yo con TJ...
¡Te odio aún más, Alice!

—Vaya suerte la tuya— susurró el pelirrojo detrás de mí.

Yo solté una risa sarcástica, —Es mejor que estar con tu hermana.

—Vamos chicos, ¡es hora de trabajar!— añadió el castaño muy motivado.

Y así fue, en un abrir y cerrar de ojos todo el mundo estaba poniendo en marcha las escenas de la obra. Era un trabajo en equipo, por lo que si alguien se equivocaba o lo hacía mal, volvíamos a repetir la escena las veces que sean necesarias.